'Mía es la venganza' se cae de Telecinco ¿qué programa la sustituye?

La serie Mía es la venganza ha entrado en barrena y no ha conseguido fidelizar espectadores en la sobremesa, a una hora temprana, 15.45, en la que hasta hace unas semanas los informativos daban paso a Sálvame en un amplio intermedio. En esa hora de nadie el serial de producción propia de Telecinco entraba en liza frente a Antena 3, que decidía adelantar el comienzo de su veterana serie diaria, Amar es para siempre. La batalla por la audiencia ha caído del lado de Atresmedia y Mía es la venganza, que dejó de grabarse, se despide del canal principal de la compañía y desde el próximo lunes se programa a esa misma hora pero en el canal Divinity (en Cuatro funciona mejor el satírico Todo es mentira).

La historia coral protagonizada por Lydia Bosch, dueña de un selecto club que tiene en su pasado haber decidido entre la vida y la muerte para sus hijas, no ha terminado de convencer y fue declinando en unas cifras discretas, por debajo de lo que anotaba Sálvame, cuya venganza por la cancelación parece implícita en este flojo rendimiento de la ficción propia, creada por Aurora Guerra. La serie se estrenó con un centenar de entregas grabadas que ahora pasan a un canal menor y la conclusión de las grabaciones de forma abrupta dejará sin cerrar las tramas.

Mía es la venganza, por tanto, dice adiós en Telecinco y la sustituirá desde el lunes una ampliación del magacín en directo Así es la vida, con Sandra Barneda. El relevo provisional a TardeAR, con Ana Rosa Quintana, que comenzará en septiembre. En este futuro magacín vespertino, que abrirá ya por tanto a las 15.45, están depositadas las esperanzas de la cadena para mejorar sus cifras diarias.

La serie pasa así a Divinity, cadena donde están concentrados los distintos seriales turcos adquiridos por la compañía, espejo de otro canal temático de la empresa rival, Nova, de Atresmedia. Telecinco también estrenaba en el prime time una serie turca, La traición, que tampoco ha funcionado en su noche de estreno. Mediaset debe reconfigurar la parrilla para remontar en audiencia y los nervios de los programadores son evidentes.