Sevilla abandona por unos días los 40 grados de temperatura máxima. El fin de semana volverá a alcanzar esa temida barrera térmica. Hasta entonces, el termómetro oscilará entre los 36 y 38 grados en sus momentos de más calor. En el otro extremo, en el de las temperaturas mínimas, ocurre lo contrario: suben. Estarán por encima de los 20 grados en todo momento, haciendo que las temperaturas en la capital andaluza se suavicen. Es decir, que no haya tanta diferencia entre las horas centrales del día y las noches y las mañanas.
Los paraguas, a menos que se utilicen para protegerse del sol, seguirán guardados una semana más. La probabilidad de lluvia es del 0% y el pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no deja lugar a las dudas. No se esperan ni cielos nubosos que eclipsen el protagonismo del sol radiante durante el resto de la primera quincena de julio, que llega a su ecuador.
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