Desde Barcelona nos llega la noticia del fallecimiento de Rafael Jiménez Márquez, uno de los iconos del perdido toreo de la ciudad de Cádiz donde fue ídolo de la afición llenando la plaza de toros en numerosas ocasiones en reñida competencia con otro importante referente, Manolo Aibar.

El torero falleció en Barcelona el pasado día 6 a los 74 años de edad, rodeado de los suyos y fue despedido al día siguiente en el tanatorio Sancho de Ávila.

Rafael Jiménez Márquez había nacido en Cartagena y perteneció a esa pléyade que a principios de los años sesenta del siglo pasado buscaba un futuro mejor en el mundo del toro .

Vino a la provincia ávido de tentaderos y oportunidades y acampó en la puerta de la desaparecida plaza de toros pidiendo que lo anunciaran en un festejo. La empresa Fuente y Amaya, con el recordado taurino gaditano Ricardo de la Fuente a la cabeza, le dio la oportunidad a aquellos maletillas que habían despertado la curiosidad y el afecto de los vecinos por su sacrificio en la puerta del coso. Fue su primera tarde en 1962, con nuestro querido Joselito Ortega y Giraldeño, en una novillada de Pérez Pacheco.

Desde entonces se anunció en Cádiz catorce veces más hasta 1964, una de ellas un festival.

De esos carteles, nueve fueron con Manolo Aibar en competencia, uno de ellos en mano a mano y otro frente a Miuras. Esa rivalidad provocó el lleno de la plaza, con varios "No hay billetes" toreando también en las plazas de este rincón.

Pero en 1964 interesó otro ídolo a la afición local, Paquirri, con quien toreo en junio de 1964. Ese mismo año se fue a Barcelona, la ciudad donde ha residido desde entonces en el Poble Sec. En octubre de 1972 tomó la alternativa en Barcelona, con Paco Bautista y Enrique Patón y toros de Antonio Pérez Tabernero, haciéndose banderillero dos años después. Que le se ala tierra leve.