Entrevista. Octavio Chacón, matador de toros

"Madrid me ha dado mucho, no esperaba esa repercusión"

  • Sus éxitos, fundamentalmente el de San Isidro, como soberbio lidiador, le han convertido en el torero revelación de la temporada 2018

Octavio Chacón, con un trofeo concedido en los recientes Sanfermines.

Octavio Chacón, con un trofeo concedido en los recientes Sanfermines. / Rodrígo Jiménez / Efe

Octavio Chacón (Prado del Rey, Cádiz, 1984) se ha convertido en el torero revelación de la temporada 2018 tras su éxito en la plaza de Las Ventas de Madrid, donde toreaba por primera vez en San Isidro. Un triunfo ante un peligroso lote de Saltillo, al que se impuso de manera soberbia como lidiador. Tras esa actuación ha entrado en plazas de primera categoría, como la de Pamplona, donde salió a hombros en los Sanfermines.

–Octavio, en primer lugar, ¿cómo se encuentra del corte en la mano izquierda que sufrió al entrar a matar en Mont de Marsan el pasado domingo?

–Bien. El martes me quitaron la escayola. Me van a poner una prótesis para que no tenga problemas. Y el día 5 estaré listo para torear en Abiul, Portugal. Gracias a Dios no perderé ninguna corrida.

–¿Qué ha supuesto el éxito de Madrid?

–Madrid me ha dado mucho, no esperaba esa repercusión. Me ha allanado el camino. Me anunciaron con la de Saltillo y tenía miedo de pasar por Madrid sin que sucediera nada importante. Era mi primer San Isidro en catorce años como matador de toros. He podido entrar en plazas de categoría como Pamplona, Albacete, Mont de Marsan.

–¿Cómo vivió esa actuación ante los saltillos?

–Fue complicada. A mí me ha servido para abrirme camino. El segundo fue un toro muy peligroso.

"Estuve a punto de hacerme banderillero. Pero en 2015 indulté un toro de Escolar y eso me hizo recapacitar"

–¿Cuál es la clave para su evolución?

–Cuando me apoderó el maestro Galloso aprendí muchas cosas de él en el campo. Mis temporadas en Perú, donde toreaba siete u ocho corridas de media, con toros de todo tipo, algunos de media casta e incluso otros sin hierro, también fueron decisivas. También he progresado gracias a Francia. Y en España en el Valle del Tiétar –conocido como El valle del terror, por el trapío de los toros que se lidian– donde en 2015 y 2016 sumé más de veinte corridas.

–El camino ha estado plagado de espinas ¿Llegó a pensar en abandonar en algún momento?

–Estuve a punto de hacerme banderillero. Pero en 2015 indulté un toro de Escolar en Fresnedilla y eso me hizo recapacitar. Me salieron varios contratos aquel día y recuperé la ilusión.

–¿Cómo vivió aquella lucha?

–Con intensidad. Nunca pienso en lo malo. Únicamente entrenando mucho; afortunadamente vivo en la Ruta del Toro y los ganaderos me atienden.

–¿Y en qué etapa se encuentra?

–En la de la madurez y la de las ideas claras. Estoy comenzando a encajar en el sitio por el que estoy luchando, por entrar en el circuito.

"El maestro Galloso, Perú, Francia y El valle del Tiétar han sido claves para progresar en mi carrera"

–Habrán llegado ofertas de apoderamiento...

–De momento estoy muy bien con Antonio Caba. Quiero terminar con un buen número de corridas este año; una veintena sería magnífico.

–¿Qué balance hace de su temporada?

–Las dos tardes más completas han sido las de Madrid. De faena no me quedo con ninguna. Busco los tres pies al gato. Tengo un cierto maltrato piscológico conmigo mismo. Las faenas en las que más me he sentido han sido en Saint Martin de Crau y Aignan.

–¿Por dónde camina ahora su tauromaquia?

–Quiero crecer como lidiador y torear cada día más despacio, al ralentí.

–¿Y sus aspiraciones?

–Aprovechar cada oportunidad, que los toros me respeten, los públicos me vean bien y encajar en el circuito con toros de las ganaderías denominadas duras.

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