Arrebato sin premio para Morante en una alborotada corrida

Corrida de la prensa

El presidente debió agarrarse a los tres descabellos para negar la oreja a Morante

Oda al natural de Pablo Aguado

La soberbia media verónica con la que Morante remató  el ramillete de lances de recibo a su primero.
La soberbia media verónica con la que Morante remató el ramillete de lances de recibo a su primero. / EFE/ Juanjo Martín
Paco Aguado

28 de mayo 2025 - 22:46

Madrid/La arrebatada faena que Morante le hizo al primero, que se quedó sin premio por la negativa del presidente a atender una abundante petición, fue el pasaje más trascendente de la Corrida de la Prensa de Madrid, este miércoles en Las Ventas ante unos tendidos especialmente alborotados.

Llamó la atención la actitud sobreexcitada de un público que jaleó desmedidamente toda esa actuación de Morante, pero al que después pitaría cuando decidió cortar por lo sano con su segundo, al tiempo que asistió pasivamente, más pendiente de meriendas y copas, a las intrascendentes actuaciones de los otros dos toreros.

Había muchas ganas de ver a Morante, que puso el octavo no hay billetes de esta feria, así que quienes a eso acudieron a Las Ventas se encontraron con lo que buscaban, porque, para abrir boca, Morante se asentó con el capote para fijar y mecer, en un palmo de terreno y con absoluta suavidad, las abiertas embestidas iniciales del que abrió plaza, rematándolo todo con una soberbia media.

El toro derribó en el primer puyazo y soportó muchos, y no siempre buenos, capotazos durante su lidia, incluso sufriendo un innecesario golpe contra el burladero. Todo eso hizo que el toro, que se empleó con calidad, llegara algo mermado de fuerzas a ese tramo final, que Morante prologó con muletazos templados pero de mano baja y exigentes, para dejarlo en el tercio, donde iba a llegar todo un despliegue de torería que se respondió con estridentes y nerviosos olés en un tendido absolutamente desatado.

Las dos primeras tandas de derechazos tuvieron una intensa y algo amontonada ligazón, sin que un motivado y entregado Morante dejara al toro ni tiempos ni espacios, por lo que el animal perdió las manos en alguna ocasión. Pero se reposó más en la siguiente serie de naturales, donde todo fluyó más y mejor y que tuvo el remate de un inmenso cambio de mano, una honda trincherilla y un genial molinete invertido.

Unos airosos muletazos más con la diestra y unos efectivos pases por bajo para cuadrarlo, ya muy a menos el de Garcigrande, fueron los últimos pasajes antes de una buena estocada de lento efecto que necesitó de tres golpes de descabello a los que debió agarrarse la presidencia para negar la petición de oreja unánime.

En cambio, ese mismo público se enfadó también de más cuando Morante pasaportó sin contemplaciones a un cuarto sin celo alguno, uno de los más apagados de una corrida en la que salió otro toro notable en tercer lugar.

Pero con este Rufo ni se arrebató ni apostó, ya que se pasó siempre muy despegadas las nobles y claras embestidas, lo mismo con su segundo.

La labor de Talavante estuvo marcada por una extendida desidia, cuando no pasividad, en sus dos breves trasteos.

Ficha de la corrida

Plaza de toros de Madrid

TOROS: Seis de Garcigrande, muy bien presentados y, de serias cabezas aunque algo desiguales. También de juego variado, aunque casi todos con un medido fondo de raza y fuerzas. Por duración y entrega, destacaron primeroy tercero.

TOREROS: Morante de la Puebla de corinto y oro: estocada y tres descabellos (gran ovación con aviso y petición); media baja (pitos) Talavante de esmeralda y oro: delantera desprendida tendida (silencio); pinchazo y atravesada (silencio) Tomás Rufo de grosella y oro: pinchazo y estocada (silencio); bajonazo trasero (silencio).

INCIDENCIAS: Corrida de la Asociación de la Prensa de Madrid. Decimoséptimo festejo de Feria de San Isidro, con no ‘hay billetes’ en las taquillas en tarde calurosa.

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