ángel peralta, en el recuerdo

La historia insólita de Ángel Peralta

  • El Centauro de las Marismas fue un revolucionario del rejoneo, que puso en liza el caballo torero y la creación de algunas suertes

Ángel Peralta, a caballo en el rancho El Rocío.

Ángel Peralta, a caballo en el rancho El Rocío. / Juan Carlos Vázquez

Coloso, centauro con reminiscencias renacentistas, saltó el pasado sábado las vallas del marismeño Rancho el Rocío camino de una pradera azul donde están los grandes de la tauromaquia. Don Ángel Peralta tenía un hambre inmensa de conocimientos a sus 93 años. Cuando arde con fuerza en el alma el rescoldo de su ausencia, he querido escuchar de nuevo su voz y rescatar aquellas historias insólitas que me contó, algunos sucesos que marcaron su vida y revolucionaron el rejoneo.

Según Belmonte, debutó con un caballo que llevaba en la maleta

En 1942, un chaval de La Puebla del Río escuchó a un amigo suyo que existía un espectáculo llamado rejoneo. Hasta entonces únicamente manejaba la garrocha. Reproduzco las palabras del maestro, cuya voz nunca se apagará:

"Yo conocía las faenas del campo, como las de acoso y derribo. Pero nunca había visto torear a caballo en una plaza. Un amigo mío, Cándido Álvarez, que la temporada anterior descubrió el espectáculo ecuestre en La Maestranza, me animó a entrenar. Me llamó mucho la atención todo lo que me contó y ni corto ni perezoso hice mis pinitos con unos bueyes que tenía mi padre, unos mansos que estaban cruzados con lo de Pablo Romero.

Todo era como un juego porque yo no me había propuesto ser rejoneador. Luego, todo sucedió de manera favorable. El empresario Marroco me contrató para torear en la plaza de La Pañoleta. Había que pagarse el toro y un amigo carnicero me regaló una vaca de Atanasio Martín. Me fui al campo, la derribé y la monté en un carro y me marché con ella a la plaza. Salió brava. Entonces fue cuando el genial Juan Belmonte me vio sacar un caballo que a simple vista no tenía una bella estampa y dijo aquello de:

-Peralta ha traído un caballo metido en una maleta, lo ha sacao, lo ha armao y ha toreao".

Seis toros con caballos de polo

Luego, vendría su debut en La Pañoleta, el 19 de febrero de 1943, a lomos de Favorito, lidiando una vaca de Daniel Salas, cortando una oreja. Y durante años fue formando una cuadra espléndida, con caballos toreros, que siempre distinguió del resto de caballos por sus cualidades especiales, como me contó: "En 1955 me contrataron para una determinada cantidad de corridas en Bogotá, y llevé sólo los caballos precisos.Toreé y dejé cartel. Como se me dio bastante bien, el empresario se empeñó en que rejoneara seis toros en una corrida. No me lo pensé. Pero claro, no conté con una cuadra completa de caballos de rejoneo. Y utilicé otro tipo de caballos, la mayoría de los que empleaban para jugar al polo ¿Que qué diferencias pude comprobar?.... Pues todas. El caballo de rejoneo tiene una doma especial y a la hora de ir al toro es un torero. Quizá lo más satisfactorio de aquella actuación es que no fracasé. Desde luego, rejonear con caballos preparados para el deporte de polo es lo más difícil que he hecho en mi vida. Me resolvieron la papeleta, pero donde se ponga un caballo de rejoneo...".

De 'Ingenioso' a 'Cabriola'

Entre sus caballos predilectos, Ángel Peralta citaba habitualmente a Ingenioso y Cabriola, que traspasó la fama más allá del ruedo gracias al cine. A Ingenioso lo compró de potro en Portugal: "Fue, sin duda, una de mis estrellas. Era un caballo alazán, muy fino y con una capacidad tremenda para conectar con el público, debido a su espectacularidad. Muchos de sus hijos han sido también toreros. Ingenioso lo hacía todo... y de qué manera. Banderilleaba a dos manos por la izquierda, por la derecha, hacía la suerte del caracoleo, ponía la rosa y hasta realizaba el piafé balanceando en la cara del toro".

Cabriola participó en la película con su nombre que protagonizaron Marisol y Peralta, quien explicaba: "Era especial. Los de la productora lo consideraban como la mejor de sus estrellas. Era una joya. Incluso me convencieron para que no actuase mientras duraban los rodajes. El 5 de septiembre de 1965, toreando en Alicante, Cabriola resbaló y el toro le mató de una cornada en el corazón. Entonces escribí:

"No tuvo la culpa el toro,

la culpa la tuve yo,

que lo desafié en público

con el puñal de un rejón".

La creación de la suerte de la rosa

El Centauro de las Marismas relata como nació la suerte de la rosa, rociando la misma con unas gotas de poesía: "En una corrida de Sevilla, una mujer muy bella, que se asustó cuando el toro estuvo a punto de cogerme, arrojó una flor para hacerme el quite. Era una rosa que cayó a la arena, entre el toro y yo, una rosa que llevaba clavada en el pecho. Entonces yo me tiré del caballo, até la flor a una banderilla corta y le brindé la suerte:

-¡Para que no se asusten

en la plaza las hermosas,

a los toros las heridas

se las cubriré de rosas!".

Las colleras

Las colleras -un mismo toro lidiado a la vez por dos rejoneadores- las pusieron en boga los hermanos Peralta. Ángel nos relataba hace años su nacimiento:

"Todo comenzó en un festival que se celebró en homenaje a Vicente Pastor en Madrid y que organizó Thomas, el presidente de la Peña el 7. La idea de collera surgió porque para ese festival se ofrecieron muchos toreros y yo quería que Rafael, mi hermano, que por aquellos días estaba iniciándose, torease también. Como no había toros suficientes, ideamos lo de torear al mismo animal en pareja. Tuvo mucha aceptación y a partir de aquel día comenzaron a contratarnos con un solo toro para los dos".

Su filosofía en un poema

Cierro estas historias insólitas de don Ángel Peralta con un poema en el que sintetizaba la filosofía de su vida -el caballo y el toro- en la lidia del toro en el ruedo:

"Galopando, galopando

por los ruedos de la vida,

llevo las riendas prendidas

en la cintura del mando.

Es como vivir soñando

en el sueño preferido

y despertar al mugido

de un toro en el redondel

y al encontrarme con él

seguir jugando dormido".

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