"Es imposible que el toro encastado tenga siempre la culpa"

-Esto de criar toros es para volverse loco, Fernando….

-Pues sí, porque donde crees que está el misterio no lo es, y al contrario, donde crees que hay un toro que mansea en un tentadero resulta que tienes al triunfador de San Isidro. Aquí estás cuarenta años y no terminas de enterarte del misterio. Cuanto más tiempo llevas, más te lías.

-Recogéis el testigo de vuestro padre en un momento de vuestras vidas donde tenéis conocimiento, juventud…en fin, que estáis preparados. Respecto a esa idea original de aquel Cuadri que crea todo esto, después de todo eso, la balanza de vuestra historia ganadera, ¿qué es lo que dice? ¿Qué habéis conseguido?

-Mi padre estuvo 23 años al frente. Nosotros llevamos ya más de cuarenta con la ganadería en nuestras manos y pienso que lo importante ha sido es que se ha mantenido. Aquí el más aficionado ha sido mi hermano Luis. A lo mejor si él no hubiese faltado otro gallo hubiera cantado. Mi padre creo que me puso a mí al frente porque soy más ganadero de campo, pero el ganadero de lidia de cabeza, el que tenía la reata en la mente, conocía de salida una becerra en la tienta y aportaba muchas cosas de intuición al trabajo, el que tenía una memoria prodigiosa, ese fue mi hermano Luis. Creo que lo mejor que hemos podido hacer en estos cuarenta años ha sido que la hemos aguantado a los que nos tocó hacerlo, con una ayuda inestimable como fue la de José Escobar.

-Hombre, que los Cuadri estén en ese grupo de cabeza y respetados por el aficionado, habrá sido algo más que mantener la ganadería...

-Podemos decir que hemos disfrutado la década de los noventa porque si es cierto que ahí caben muchos de los toros importantes que hemos lidiado. Madrid, con nueve toros premiados para San Isidro, creo que es una medida importante. Ahora parece que no estamos en un buen momento y que llegan las dificultades. Si estamos en el principio de un bache o en un bachecillo lo vamos a ver ahora en esta temporada. Lo que siempre hemos tenido claro es que cuando una cosa sube, inevitablemente va a bajar. Esto es una sinusoide que solo la mantiene en equilibrio el tener claros tus propios criterios.

-Si tuviera que echar mano de la síntesis para buscar ese toro que si ha logrado encontrar como ganadero, ¿con cuál se queda?

-Dentro de la línea nuestra el más representativo es el Clavellino del 96 en Madrid. En realidad hemos tenido la suerte de que esos toros que han sido importantes para nosotros nos han saltado casi todos en Madrid. Está un Fogonero, un Choquero. Toros importantes en una plaza que es la que más pesa en responsabilidad. Después ha habido otros que te dejan cosas importantes, como Revisor en Valverde, Comino en Castellón. Trastero, hace dos años en Valencia, ese es de los más completos que yo he visto.

-Siempre lo ha dicho: casta, bravura y nobleza.

-Pues hoy más que nunca creo que los ganaderos nos estamos dividiendo en dos grupos. Unos que buscan el toro con los dos primeros tercios de trámite y en la muleta pase sesenta o setenta veces y otro grupo más reducido que buscamos el toro más encastado, un toro que es más complicado estar delante y un toro que no solo pasa sino que embiste. ¿Quién lleva la razón en la postura?, pues no lo sé. Nadie nos dice: saca este modelo de toro. Posiblemente los acertados sean los ganaderos que buscan el otro tipo de toro porque la tendencia es clara en la preferencia de los públicos y aquí nos quedaremos buscando el toro para nosotros, sin olvidarnos del torero, pero buscando la nobleza sobre la casta por encima de otras cualidades que hoy mandan más. La prueba la tienes en que cada vez hay menos corridas toristas en una feria.

-Vamos, que se anda contra corriente….

-Es que incluso lo que trasluce de este toro es siempre echarle la culpa de todo. Nunca se dice que la lidia ha sido mala, los mantazos entre puyazo y puyazo, la pasadas en falso en banderillas, pares a una sola mano, capotazos enganchando el capote.

Después querrán que en la muleta embista, pero ese toro, si está hecho sobre la base de la casta, se va a parar y cuando un toro se para no tiene ningún interés para el público. A lo mejor para el aficionado sí, pero para el público no.

-Se le han puesto de moda los castaños...

-Hay castaños que te acuerdas de ellos. Mi padre no los quería ni ver pero hay que reconocer que dan resultado.

Nos vienen muy bien porque es un salto atrás generacional hacia un toro de la línea Urcola de nombre Baturro, y se definen además porque nunca han fallado en las fuerzas. Así que estamos muy satisfechos de ellos.