Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
La cita era en la Huerta de San Antonio, el santuario personal que Morante ha ido levantando en las orillas del Guadalquivir. En realidad casi nadie sabía donde se encontraba el diestro de La Puebla después de escenificar su retirada, hace un mes justo, en la plaza de Las Ventas. Jason Horowitz, corresponsal del 'The New Yor Times' en España y Portugal sí fue capaz de dar con su paradero para alumbrar, seguramente sin pretenderlo, el titular más ansiado por el mundillo taurino: “No le llamemos una retirada completa; se trata de un descanso...”
Morante, en su salsa, alumbra ésta y otras perlas en una amplia entrevista reportajeada para la que presta toda su tramoya. El genio cigarrero no duda en ataviarse con el preciosista traje corto de gala que le sirvió para recoger la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes o enseñar el corazón de las estancias más íntimas de su refugio ribereño -sin soltar su inseparable habano- cerca del rabo de Ligerito, los trofeos más preciados, o las cabezas de algunos toros trascendentales que ya forman parte de su propia leyenda.
Pero, por encima de todo, está esa promesa de vuelta que no había quedado aclarada el pasado 12 de octubre cuando, tras cortar las orejas del cuarto de la tarde, se desprendió coleta y castañeta en medio de una impresionante conmoción que ha marcado la temporada 2025.
El reportaje parte, precisamente, de esa tarde trascendental aunque se detiene en episodios que, para el aficionado, resultan superfluos. Horowitz destaca el brindis a Abascal -lo tacha como el “principal político de extrema derecha de España”- antes de desvelar algunas breves declaraciones del propio torero. “Sentí un agotamiento artístico”, confiesa Morante al periodista norteamericano además de confesar que sentía que su carrera había ido “hacia arriba”. “He decudido parar antes de caerme”añade el torero que no tiene empacho en hablar de su trastorno disociativo poniéndole fecha de comienzo: el día que decidió su primer matrimonio. “Me miré en el espejo; me parecía que no era yo”, explica en el reportaje del New York Times. Había comenzado el peor viaje de su vida, la terapia de electrochoque, los demonios que retornaron en 2023...
Pero el reportaje, más allá de algunos lugares comunes o alguna derrota a la demagogia, acierta al señalar que su figura ha sido un imán para los más jóvenes por más que los tache de “conservadores”. Pero hay más: Horowitz refiere la fidelidad de Pedro Marques, la rivalidad con Roca Rey -lo de fumarse un puro “despacito”- y hasta las escasas ganas del genio cigarrero de visionar la película Tardes de soledad que tiene como protagonista, precisamente, al astro peruano.
Mucho más llamativa es su penúltima confesión. Jason Horowitz asegura que el diestro de La Puebla había hecho un trato con Dios: condicionaba esa retirada en Madrid al triunfo que llegó a sangre y fuego. Morante, que sigue esgrimiendo sus problemas de salud mental, admite que no se trataba de un momento feliz aunque sí subraya la satisfacción que sintió por “haber cumplido un sueño”, recordando la dionisíaca salida a hombros y el saludo, ataviado con un vistoso batín, desde el balcón del hotel Wellington. Pero la entrevista -o el reportaje- finaliza con la mejor noticia para el aficionado. Pedro Marques le advierte que las empresas le vuelven a llamar. Será sólo un intermedio...
El día, el lugar y la hora del retorno de Morante es la incógnita más hermosa del actual panorama taurino en un momento de preocupante transición. El diestro cigarrero dijo adiós a la profesión -aunque había parado en otras ocasiones era la primera vez que se cortaba la coleta- en el colofón de la temporada más importante de su fecunda vida taurina y artística. La decisión del genio de La Puebla ha dejado un ancho vacío muy difícil de llenar que plantea una compleja papeleta para los toreros de su corte, obligados a dar el paso definitivo. La altura artística, el compromiso profesional y la trascendencia de sus trasteos ha abierto una ancha sima con el resto del escalafón que será muy compleja de restañar. Morante quiere volver a torear. Nadie puede atisbar cuándo...
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