Pablo Aguado y su capote solidario: vuelven a casa por Navidad

SOLIDARIDAD TAURINA

El diestro sevillano reedita esta original iniciativa que en esta ocasión destinará sus beneficios a la Hermandad de Escardiel de Castilblanco de los Arroyos

Pablo Aguado y su capote solidario: caridad con alma rociera

Pablo Aguado: la solidez de un concepto

Pablo Aguado, en una tarde en la plaza de la Maestranza.
Pablo Aguado, en una tarde en la plaza de la Maestranza. / Jose Ángel García
A.R.M.

18 de diciembre 2025 - 21:27

Como el turrón del Almendro... los capotes solidarios de Pablo Aguado vuelven a casa por Navidad. El diestro sevillano reedita esta iniciativa que, si el año pasado destinó sus beneficios a la Hermandad del Rocío de Triana, este año destinará los fondos obtenidos a la Hermandad de Nuestra Señora de Escardiel de Castilblanco de los Arroyos.

La fórmula es idéntica: los niños siguen queriendo o soñando con ser toreros y en las cartas de los Reyes Magos -quiera o no la monserga woke- tampoco faltan esos trastos de torear de juguete que permiten a los más pequeños esbozar lances y muletazos de ensueño al toro de la fantasía. Así de fácil, también así de sano. De esos pases al aire han salido no pocas figuras del toreo pero, sobre todo, se ha alimentado la afición de muchos de los que hoy se sientan en los tendidos de una plaza de toros.

251218 CAPOTE SOLIDARIO PABLO AGUADO
251218 CAPOTE SOLIDARIO PABLO AGUADO

Pero además de satisfacer esa afición y esos inocentes sueños de gloria se puede ayudar a este fin social que vuelve a contar con la colaboración de la juguetería Osorno que pone a la venta los capotillos rotulados con el nombre del torero sevillano al precio de 34,99 €.

Esta iniciativa, de alguna manera, sigue la estela del hashtag #ELCAPOTEDEAGUADO creado el año pasado con el apoyo del Cículo Cultural Taurino Pablo Aguado. En la primaver de 2024 el torero sevillano ya había regalado capotes con su nombre a multitud de niños con el compromiso de firmárselo a la salida del hotel. Varias decenas de niños aguardaban a las puertas del Hotel Colón y en el patio de cuadrillas de la calle Iris. Cuando el matador salió vestido de luces hacia la plaza de la Maestranza firmó multitud de capotes con una gran sonrisa. 

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