Puerta grande de distinto signo para Fandi y Escribano en Utrera
FERIA DE LA VIRGEN DE CONSOLACIÓN
Curro Durán, que paseó una oreja del peor lote, tuvo que marcharse andando en una tarde triunfalista en la que se llegaron a cortar dos rabos
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El sol apretaba de lo lindo en los previos de la corrida de la Virgen de Consolación pero, a la hora prevista para el festejo, los tendidos del desabrido coso de La Mulata presentaban un aspecto más que aceptable que certificaba que las ganas de toros se extienden a todas partes. La tarde, dicen los taurinos, estaba salvada e iba a estar marcada por la dadivosidad de un público amable que había venido a divertirse.
El primero fue saludado por El Fandi con tres largas en el tercio y un ramillete de templadas verónicas. Obediente y noble, también un poco suelto y rajado, el toro charro iba a servir para que el veterano diestro granadino se luciera en el quite y compartiera los palos con Escribano en un vistoso segundo tercio. Pero el animal iba a cantar su excelsa calidad, toreándose solo en la muleta del Fandi que anduvo por allí a su forma sin lograr brillar a la altura de la embestida rebosante pero también rajada. La espada acabó en el sótano. No impidió que cortara dos orejas intrascendentes.
Con el cuarto, blando y noble, se iba a repetir la misma película: solvencia lidiadora, vistosidad capotera, brillantez rehiletera y ramplonería muletera en una faena de alardes y efectismos dictada para la galería que iba a poner en sus manos un rabo a favor de fiesta.
Solvencia y brillantez de Escribano
El segundo, primero del lote de Escribano, iba a frenarse desde el primer lance. Hubo nueva cesión de palos y una faena de denso argumento interior en la que llegó a torear con largura y buen trazo al natural a pesar de las taras de su enemigo.
Tuvo que esperar al quinto, al que templó de capa y galleó con precisión antes de emplearse en un aclamado tercio de banderillas que culminó con su clásico par citando sentado en el estribo. La faena, iniciada con pases por alto mirando al tendido, iba a aprovechar la noble embestida del animal en tandas sedosas y templadas, especialmente por el lado izquierdo, antes de acabar metido entre los pitones amarrando una última tanda de naturales a pies juntos mientras arreciaba la petición de un indulto improcedente -el toro era tan noble como rajado- que el presidente no concedió. Resignado a entrar a matar, enterró el acero a la segunda para pasear los máximos trofeos del animal, que recibió la vuelta al ruedo.
Curro Durán apenas pudo esbozar nada con el tercero, un toro de pésimo estilo y embestidas descompuestas que había brindado a Paco Ojeda. El acero cayó atravesado y tampoco anduvo fino con el descabello... Tampoco iba a manejar demasiadas opciones con el sexto, un animal protestado por flojo, al que toreó con limpieza, especialmente por el lado izquierdo, pero denotando la falta de rodaje. Se había llevado el peor lote y tuvo que marcharse andando de la plaza de su tierra.
FICHA DEL FESTEJO
GANADERÍA: Se lidiaron seis toros de Castillejo de Huebra, incluyendo el segundo marcado con el hierro filial de José Manuel Sánchez. Boyante y rajado el primero; frenado y deslucido el segundo; muy deslucido el tercero; manejable el cuarto; noble y rajado el quinto, que recibió la vuelta al ruedo; deslucido y blando el sexto.
MATADORES: David Fandila El Fandi, de esmeralda y oro con remates negros, dos orejas tras aviso y dos orejas y rabo; Manuel Escribano, de azul rey y oro, dos orejas y dos orejas y rabo; Curro Durán, de verde Esperanza y oro, ovación tras aviso y oreja.
INCIDENCIAS: La plaza registró más de media entrada en tarde calurosa.
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