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Turismo de Andalucía

El turismo y la crisis económica

  • El sector sabe reaccionar a situaciones de crisis y ya se estaba ajustando a las nuevas características de la demanda.

ELENA MANZANERA

Economista y estadístico

En 2008 visitaron Andalucía 25,1 millones de turistas, un 2,8 por ciento menos que en 2007, que generaron unos ingresos de 17.100 millones de euros, un 4 por ciento más en términos nominales que en 2007, según las cifras del Instituto de Estadística de Andalucía.

Estos datos reflejan un balance del turismo menos malo que otros sectores de la economía andaluza, aunque se deban a la compensación entre el crecimiento de la primera mitad del año y la importante desaceleración posterior, una dinámica preocupante que anticipa el comportamiento que cabe esperar para 2009. Ese perfil temporal de los acontecimientos no difiere del resto del mundo, que en conjunto registró un crecimiento anual de apenas un 2 por ciento, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Los turistas han realizado algo más de 44 millones de pernoctaciones en Andalucía, con una caída interanual de 1,28 por ciento, similar al promedio nacional, acusando la reducción de las pernoctaciones de los residentes españoles, mientras que las de extranjeros se han mantenido con una muy leve variación positiva. Por provincias, Huelva y Málaga han experimentado una variación positiva gracias al turismo hotelero de los extranjeros y a pesar de que Reino Unido, el principal emisor extranjero a Andalucía, ha sido el de peor comportamiento debido al deterioro de su situación económica y a la caída de la libra.

Por el lado de la oferta la situación ha exigido ajustes sobre todo en compañías aéreas de bajo coste y en la capacidad de las empresas que operan en este sector. De momento las empresas hoteleras en Andalucía resisten la situación aunque con necesidad de ajustes que afectarán al empleo y sobre todo al lanzamiento de nuevos proyectos. En definitiva, la crisis desincentiva las estrategias que obligan a tomar riesgos y favorece la transformación del sector como consecuencia de la elevada tasa de sustitución de empresas.

El Barómetro de Expertos de la OMT considera que en 2009 el turismo internacional se estancará o incluso se contraerá ligeramente. Por su parte las perspectivas de la patronal española sitúan para 2009 una caída del 3 por ciento del PIB turístico, con una reducción de la rentabilidad de las empresas turísticas.

Las previsiones a largo plazo de la OMT auguran un escenario en el que primarán los destinos próximos con una buena relación calidad precio, viajes de menor duración y menor gasto medio y se verán favorecidos los viajes de repetición, pero también con una demanda más segmentada que organizará individualmente su viaje. En este panorama, Andalucía no se encuentra, a priori, mal posicionada aunque su oferta tendrá que mejorar su competitividad.

El turismo es un sector relativamente acostumbrado a tener que reaccionar a situaciones de crisis de distinto tipo y ya estaba inmerso en un proceso de reconversión y ajuste a las nuevas características de la demanda y la irrupción de las nuevas tecnologías. No están tan lejanas las situaciones derivadas del 11-S, SARS o la Guerra del Golfo que generaron crisis relacionadas con la seguridad favorecedoras de los destinos más seguros como Andalucía. Sin embargo, la situación actual es diferente ya que su origen se sitúa fuera del turismo, e incide en la capacidad económica de los individuos para viajar y no en el deseo de hacerlo.

La cuestión es si un sector con un elevado porcentaje de pagos en divisas, y apoyado en sectores tan sensibles como el aéreo, notará la crisis más que otros menos expuestos al exterior. Es lógico pensar que se verá especialmente afectado, aunque es posible que consiga defenderse mejor que otros gracias a algunos elementos que lo protegen, como la renta de situación de Andalucía o la importancia del turismo con elevado grado de fidelidad. Pero será inevitable realizar profundos cambios que permitan competir contra nuevos destinos y productos y aspirar a una mejor posición en el negocio turístico en el escenario que se dibuje tras la crisis. Esto necesitará un apoyo público que favorezca un proceso de reformas orientado a la mejora de la calidad de los destinos, la búsqueda de nuevos productos y diversificación de la oferta; en definitiva capacidad de adaptación a las nuevas condiciones de la demanda. El gobierno ha puesto en marcha un plan renove destinado a la oferta hotelera que en principio va destinado a este fin, aunque los hoteleros ya lo han calificado de insuficiente. Sin embargo, se echa en falta un proceso de reflexión profunda acerca de cuál será el escenario en que dicha recuperación se producirá, que permita diseñar estrategias de adaptación.

La Conferencia de la OMT sobre Tenden- cias y Perspectivas del Turismo celebrada en diciembre de 2008 señaló que "el turismo puede ser uno de los sectores clave que contribuyan a superar las dificultades económicas actuales y puede desempeñar un papel esencial en un nuevo pacto económico ‘verde’ a largo plazo". El turismo ha demostrado en el pasado que puede ofrecer un buen apoyo al resto de la economía para superar la situación. Su principal ventaja es que puede beneficiarse del componente de la demanda (externa o interna) que antes inicie la recuperación. También se ofrece una oportunidad para rectificar los errores del pasado e intentar recomponer las relaciones con el medio natural, en el contexto de una estrategia de viabilidad a largo plazo.

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