Google está ultimando detalles de su 'Project Yeti', nombre en clave de lo que parece ser una consola de videojuegos de la que incluso se ha filtrado (en realidad es solo un render basado en una patente) su mando.

La idea de Google, que podría presentar su dispositivo en su próxima conferencia de desarrolladores (se celebrará en mayo) es dar soporte físico a los juegos Android que requieren altas prestaciones que ni siquiera los smartphones más potentes pueden ofrecer. 

Aunque en principio se habló de la posibilidad de que se tratase de una especie de Chromecast para juegos, o sea, un dispositivo para jugar en la tele emitiendo desde el móvil, parece que 'Project Yeti' quiere ser mucho más y pasar a competir directamente con las grandes marcas de consolas (Nintendo, Sony Playstation y Microsoft Xbox).

En un par de meses, puede que incluso antes, se sabrá más acerca de este dispositivo con el que Google quiere entrar en una industria, la del videojuego, que supera en ventas a la del cine y la música juntas.

Un mercado en desarrollo

El mercado de los videojuegos, que genera unos ingresos anuales de nada menos que 109.000 millones de dólares, se está convirtiendo en un caramelo para las compañías tecnológicas, que hace años han decidido asaltar (también) el pastel de los jugones.

Especialmente significativo es el caso de los dos dominadores del mercado móvil, Google y Apple, que poco a poco han ido adaptando sus sistemas operativos y sus dispositivos para que se pueda jugar a casi cualquier cosa en un smartphone.

Hitos como los que han marcado juegos como Angry Birds, Pokemon Go, Apalabrados, Candy Crush o Clash of Clans, sin olvidar Fortnite, que actualmente ocupa el trono sin discusión, han convertido a los sistemas móviles en las nuevas consolas portátiles para todos los públicos.

Sin embargo, el mercado es amplio y parece que a Google no le basta con competir en smartphones y tabletas.