Arranca la semana grande de Triana

Ayer comenzó la Velá con el pregón de Junior, la entrega de galardones y una gran afluencia de público

Foto: Juan Carlos Vázquez
Foto: Juan Carlos Vázquez
Pilar Larrondo

22 de julio 2015 - 01:00

Dicen que el trianero está hecho de otra pasta, que el arrabal imprime carácter, que el que cruza el puente ni se acuerda de que dejó Sevilla para llegar a Triana y que el que se deja caer por la Velá puede llegar a conocer, aunque sea un poquito, ese espíritu del que los trianeros hacen gala y el resto de sevillanos no llega a comprender. Por eso, aunque el hombre del tiempo recomendó permanecer en casa, nativos y foráneos cambiaron de orilla ayer por la noche para perderse entre luces de colores, las rayas verdiblancas y las jarras de rebujito.

Desde bien temprano comenzó el reguero de visitantes a desfilar por la calle Betis, algunos buscando un poco de sombra, otros refrescando sus gargantas con cualquier bebida que tuviese hielo; la cuestión era tener los pies puestos en la Velá de Triana. Las altas temperaturas, muy temidas por los responsables de las casetas, no disminuyeron la afluencia de personas en lo más mínimo. "Hace mucho calor, pero la gente no tiene dinero para irse de vacaciones, así que se pasan por aquí a tomarse sus cervecitas y que les dé un poco el aire", asegura Manuel Martínez, uno de los responsables de la casetas El Turruñelo y Balonmano Triana. Martínez, que lleva 20 trabajando durante la semana grande de Triana, ha visto cómo ha evolucionado esta fiesta en los últimos años. "Durante unos años, los que se dejaban caer no eran muy de fiar, pero ahora, gracias a la presencia policial, el ambiente es muy bueno, hay familias y gente joven, pero nada problemática", recalca este camarero. En cuanto a las expectativas, son altas, "los precios son populares y a partir de las diez la cerveza se convierte en la protagonista de la noche", apostilla Jesús Cano Fernández, que no es camarero, pero lleva nueve años de voluntario en la caseta de San Gonzalo. Coincide con su compañero en cuanto al clima y a la presencia de la Policía y señala que también "hay mucho turista que se acerca a curiosear". Las voluntarias de la caseta del PSOE distinguen entre dos tipos de personas: "Las que vienen sólo a tomarse la cervecita y las que ya que han venido se quedan a cenar con la familia".

Los que van a divertirse no reparan en si hay policías o no, si suenan sevillanas o la última de Juan Magan o si Izquierda Unida quita o pone su polémica bandera republicana. Ellos acuden en masa a la Velá bien por tradición, bien porque un conocido les dijo un día que por esos lares uno se lo pasa bien. "Yo soy de Triana, pero he estado sin venir mucho tiempo hasta que hace un par de años redescubrí la Velá de casualidad y ya no hay verano que no me la pierda", afirma María del Valle, una vecina del barrio que entre abanicazo y abanicazo se marca unos cantes en un corrillo de amigas que llevan flores en la cabeza y abanicos de lunares.

Todavía no se han encendido las luces y en el aire ya se respira el aroma de fiesta. Algunos caen en la cuenta de que mientras ellos ya han hecho sus primeras palmitas, en un lugar cercano se está celebrando el pregón que sirve de arranque a la popular fiesta arrabalera. El trianero de pro Junior Míguez fue la voz elegida para piropear a Triana y marcar el inicio de la tan señalada fiesta. El rapero le cantó a Triana con el mismo respeto con el que se alaba a una madre. "Siempre que le dices a tu madre cuánto la quieres lo haces con mucho cuidado porque quieres decir mucho pero sin que suene a peloteo", bromeaba momentos antes. Después de mucho borrar, tachar y arrugar papeles, este trianero consiguió lo que se propuso allá por abril, cuando supo lo que se le venía encima, un pregón "cortito y bonito". Junior animó a que los que no fueran del barrio "se dejasen caer por la Velá" para que, una vez la hayan pisado, "le cuenten si los trianeros tenemos razón o deberíamos hacer una cura de humildad".

Previo al pregón se entregaron los galardones a los Trianeros del Año: La Flaka, Carlos Martínez y Nuria del Saz; a los Trianeros de Honor: Andrés Sánchez, Narci Díaz, Juan Tribuna y Angelita Granja; a los Trianeros Adoptivos: Juan Valdés, Pascual González y Enrique Valdivieso González, y a las Instituciones Honoríficas: Asociación de Amigos de la Cerámica Niculoso Pisano y las Monjas Mínimas. El Hotel Triana, lugar elegido para dar el pistoletazo de salida, también acogió el concierto de la Banda Municipal de Sevilla, que es toda una tradición en la Velá.

A las doce, al contrario que pasaba con Cenicienta, el encendido de luces marcó el comienzo oficial de la semana grande del barrio trianero. Aunque la gente llevase disfrutando de las casetas desde antes de que el lorenzo se escondiese, hasta que el alcalde, Juan Espadas, no pulsó el botón no quedó inaugurada la Velá 2015. Que las bombillas comenzasen a brillar fue la excusa perfecta para que los visitantes entrasen en júbilo y siguieran con la fiesta, la cerveza corriese con más ganas y los bailes y cantes, apagados por el calor, volviesen a reanudarse hasta entrada la madrugada.

Desde ayer hasta el domingo la Velá más conocida de Sevilla abre sus abrazos a todo el que tenga ganas de pasarlo bien sin importar los grados que haga.

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