El tabernero de San Lorenzo que ama los libros
Joaquín Castro, de los fundadores de Cuadernos de Roldán, presenta 'Miradas desde el Alma'
"Tocan el ala los Hércules/ de imaginarios sombreros/saludan a su vecino/Manuel Jiménez Chicuelo". Así arranca el poema Taller de tauromaquia que dedica emocionado al insigne torero sevillano y recita de memoria, pausadamente y con suma elegancia.
Joaquín Castro Bernáldez (1932) llegó a la Universidad tras criarse entre barriles de vino blanco del Aljarafe, pero tres años después tuvo que dejarla para ayudar en la taberna que su padre regentaba en la calle Jesús del Gran Poder esquina con Conde de Barajas y, años después, en la esquina con Santa Ana. Nunca dejó de cultivar su gran pasión por la cultura y por los libros, robándole horas al sueño para leer a todos los autores de la historia de la literatura española hasta convertirse en un poeta de su tiempo y rodearse de una clientela cultivada con la que llegó a ser uno de los fundadores de la asociación Cuadernos de Roldán, en los años 80, de la que formaron parte Saramago y otros escritores de renombre. Su hijo Javier Castro rememora a su padre, silencioso, contando versos con los dedos para cuadrar el ritmo con alejandrinos, octosílabos o componer sonetos. Joaquín también hizo colaboraciones para Cuadernos de Lisboa. Montó en los 60 reuniones flamenco-festivas con cantaores de la talla de Pies de Plomo; en los 70, tertulias político-literarias a las que asistían personajes de la vida política. E incluso crea una revista-periódico llamada La Gaceta Sevillana.
Hijo del gallego José Castro y de la extremeña Margarita Bernáldez, la familia humilde y trabajadora se asentó en el barrio de San Lorenzo cuando Joaquín -nacido en Segura de León (Badajoz)- tenía apenas unas semanas de vida. Es sevillano de adopción, por tanto.
A sus 84 años, con los ojos ya ciegos y algunos achaques de salud que le restan movilidad, cumplirá el lunes 15 de mayo el sueño de presentar algunas de sus poesías en el Ateneo de Sevilla gracias a una selección de poemas de sus escritos y manuscritos coordinada por su hijo Javier, quien representa la tercera generación de taberneros de la familia y regenta Casa Joaquín, en Jesús del Gran Poder, con las mismas inquietudes culturales de su padre.
Miradas desde el Alma. Poesías reunidas (1980-2015) se compone de casi medio centenar de poemas que Joaquín Castro ha dedicado a la tierra gallega de su padre, a sus incontables amigos, a Sevilla y otras ciudades y, en general, a los detalles de su vida cotidiana, entre ellos a su querida esposa María Cuadrado Brenes -Mari- y a sus hijos (tiene tres), a la Alameda, a los juegos de niños y niñas. Su hijo Javier prologa la publicación, que se abre también con dedicatorias conmovedoras de sus amigos Abelardo Rodríguez, Salvador Compán, Francisco Correal, Francisco Gallardo, Germán Villa, Antonio Molina Flores -presenta el acto el lunes-, Francisco Núñez Roldán y Juan Carlos Téllez. Muy amigo de sus amigos, éstos lo describen como "un hombre cabal que habla lo suficiente para no estropear el silencio", grande físicamente y de corazón, sabio, comedido, sencillo y de bondadosa paciencia, serio, prudente y discreto, que llenaba el espacio "de nuestra guarida etílico-poética".
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