Vivir en Sevilla

Cocina rústica de alto nivel

torres y garcía

Genoveva Torres y Juan Manuel García lo han vuelto a hacer. La pareja de chefs impulsora de proyectos como Ovejas Negras o Tata-Pila ha abierto un nuevo espacio gastronómico con un concepto culinario totalmente diferente con el que han vuelto a dar en el clavo. Torres y García, nombre con el que han decido llamar al nuevo restaurante ubicado en la calle Harinas, ofrece cocina rústica sin perder un ápice de calidad y buen gusto. No es de extrañar. Sus propietarios tienen una dilatada experiencia entre los fogones y saben llevar a los platos perfectamente lo que pasa por sus curiosas cabezas.

El proceso hasta llegar a lo que hoy se conoce como Torres y García fue bastante meticuloso. Ellos, encantados de explorar lugares en los que ofrecer gastronomía diferente a la habitual, quedaron prendados del que fuera edificio de una conocida compañía telefónica y que, sabe Dios por qué, llevaba cerrado una eternidad. Una vez que lo tuvieron entre sus posesiones y vieron las innumerables posibilidades que el local ofrecía, se pusieron manos a la obra a la hora de innovar. Decidido el concepto gastronómico, la comida rústica, la decoración era el paso siguiente. Pensado para contar con varios ambientes según lo que le apetezca sentir al comensal, Torres y García cuenta con distintos rincones.

Nada más entrar, a mano derecha, hay una enorme estancia luminosa con una gran cristalera, que puede abrirse por completo, en la que el comensal se sentirá como en una película. Allí, cualquiera que vaya puede sentarse a disfrutar de una buena comida o deleitarse mirando a través de la ventana mientras se toma un cóctel a media tarde. A medida que se avanza se descubre un segundo espacio, muy amplio también, pero con una decoración más rompedora. En ella se aprecian columnas de ladrillo visto, plantas de enormes hojas verdes y una inmesa lámpara que cuelga del techo. A continuación, un rincón más reservado con una mesa corrida en la que celebrar grandes comidas. Pero, hay que llegar hasta el fondo del local para descubrir el que es el rincón más coqueto de todo el restaurante. Se trata de un patio que parece salido de la propia Toscana, con sillas de hierro verde, un espejo de marco dorado y muchas plantas. El lugar perfecto en el que pasar una tarde en la que uno desea salir de Sevilla pero no tiene cómo.

Con un espacio tan cuidado no es de extrañar que su cocina presente mucho más mimo si cabe. Al tratarse de un restaurante de comida rústica, Genoveva y Juan Manuel tenían claro que en su local tenía que haber un horno de leña. En él hacen pan, que es totalmente artesanal, hacen las pizzas que tienen en su carta y dan el último golpe de calor a muchos de sus platos. Su carta se divide en entrantes, entre los que destacan la empanada de carne, cogollos y salsa de rocota y el ceviche de calamar con cebolla morada, lima y choclo. De los platos cocinados en el horno de leña es importante resaltar la carrillada de ternera cocida lentamente con puré de chirivío y el pastel de carne de conejo estofado con hortalizas y majado de hiervas. En el restaurante también ofrecen pescado, como la lubina a la parrilla con gazpachuelo con palo cortado y patata pisada, y carne, como las costillas de ternera La Finca con pimientos del padrón y mojo nikkei. Sin olvidar los postres y la variada carta de cócteles con los que maridar los diferentes platos o tomar a media tarde.

En Torres y García, además, ofrecen menús navideños a diferentes precios y la posibilidad de reservar cualquier día.

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