'Crowdfunding' en Sevilla: Avalistas de sueños
Tres de las campañas de 'crowfundings' activas en Sevilla en estos momentos que se apoyan en el mecenazgo para hacerse realidad
Raquel Feria, Jesús Noa y la Factoría Lab (con Alejandro Molina como rostro visible en este caso) son los artífices de tres de los crowdfunding con sello sevillano que en estos momentos se encuentran activos en la plataforma Verkami, una de las lanzaderas de proyectos online que ayuda, a través del mecenazgo de personas anónimas, a sacar adelante proyectos o "sueños" empresariales, gran parte de ellos con un significativo componente cultural.
La mecánica, ya conocida por muchos, es sencilla. Los promotores cuelgan sus proyectos en la plataforma, bien por requerir inversiones de poca envergadura o bien por no encontrar avalistas que aporten la inversión necesaria para llevar a cabo sus iniciativas. El promotor tiene un tiempo limitado para conseguir el mínimo solicitado. Los mecenas pueden realizar su aportación económica y, en función de lo aportado, recibirán una recompensa (puede ser un artículo, un artículo y un obsequio, una vivencia, una proyección privada, una edición limitada o una pre-compra a un precio especial). Finalmente, gracias a esta financiación colectiva y anónima, el promotor puede sacar adelante su proyecto. Si no se consigue el presupuesto mínimo solicitado, el promotor no recibe nada.
'Jardinario 2022', microcuentos ilustrados de Raquel Feria
Hasta el 14 de noviembre tiene Raquel Feria de plazo para alcanzar los 3.700 euros que necesita pata editar el calendario de microcuentos ilustrados llamado Jardinario 2022. La ilustradora de Tomares ha optado por usar este sistema de financiación tras la experiencia de editar en 2016 y en 2018 calendarios ilustrados que "fueron muy satisfactorios profesionalmente, pero nada rentables económicamente", afirma la tomareña, que reseña que la cantidad solicitada "puede parecer elevada para editar un calendario, pero es lo que cuesta hacerlo, incluyendo el trabajo de la escritora, el salario de la ilustradora, yo en este caso, los gastos de impresión y packaging, los impuestos, porque todo se declara, y la comisión de la plataforma".
El crowdfunding es, además, la vía que le permite, por ejemplo, "ajustar el número de ejemplares que debo imprimir al número de personas que aporten al proyecto, y eso ya es un progreso. Otro motivo, igual de importante, es saber que cuento con un apoyo detrás. Mientras dura la campaña, trabajo todos los días para ellos".
Los interesados en colaborar con Jardinario 2022 pueden hacerlo a través de: https://vkm.is/jardinario2022. Su aportación puede ir de los 10 a los 100 euros.
'Lo siento', un corto de Jesús Noa
Este modelo de financiación alternativa es utilizado, con bastante frecuencia, por profesionales del mundo audiovisual. Éste es el caso del sevillano Jesús Noa, guionista y director de Lo siento.
Para Noa, es su primera incursión en una plataforma de mecenazgo. "Siempre he financiado mis cortometrajes ahorrando, pero en esta ocasión no podía hacer frente al presupuesto, así que decidí intentarlo con un crowdfunding. El presupuesto es para sufragar los gastos de alquiler de material, dietas y transporte. Contamos también con el patrocinio del Ayuntamiento de Bollullos Par del Condado. El cortometraje reúne a un gran número de profesionales que colaboran de manera gratuita".
Lo siento nace del paso del director por la biblioteca del Instituto Andaluz de la Mujer y tiene como objetivo concienciar sobre la violencia machista a través de un cortometraje.
Los interesados en colaborar con este proyecto pueden hacerlo a través de: https://www.verkami.com/projects/31030-lo-siento. Las aportaciones van desde los 10 euros, por aparecer en los créditos del cortometraje, a los 1.000 euros, recompensa destinada a empresas. A partir de 50 euros de aportación, junto a otras recompensas, se puede acceder al cortometraje en exclusividad.
'Trasgu', el juego de mesa de Factoría Lab
Existe un perfil recurrente en estas plataformas de crowdfunding, el de los diseñadores de juegos de mesa. La Factoría Lab es una empresa de Dos Hermanas especializada en diseño 3D, realidad virtual y desarrollo de videojuegos que ha iniciado una campaña de mecenazgo para producir Trasgu, un juego de mesa familiar que mezcla azar, estrategia y humor. No es su primera vez con un crowdfunding, ya lo hicieron, con éxito, con su juego anterior, Indaba.
"Somos un grupo de amigos amantes de los juegos y de las nuevas tecnologías", cuenta Alejandro Molina, diseñador de Trasgu, que añade: "Nos unió, hace algunos años, nuestra pasión por crear. Fundamos La Factoría Lab, y de ahí han surgido proyectos que, con muchísimo esfuerzo, hemos podido llevar a buen puerto, como nuestro crowdfunding anterior, Indaba".
También es recurrente, entre los promotores de un crowdfunding, utilizar la plataforma no sólo como un medio de financiación alternativa, sino también como un sondeo de mercado, una especie de testeo de su producto en un entorno real: "Con Indaba conseguimos el 200% de lo que necesitábamos para un primer lanzamiento, en tan solo cuatro días. Estamos trabajando ya con una editorial para buscar distribuidoras interesadas para que Indaba llegue a las tiendas. Lanzar Trasgu sin que la inversión salga a pulmón de la empresa, nos permite ver una aproximación del impacto que tendría el juego en caso de comercializarse posteriormente. La oferta actual es brutal, los pequeños proyectos quedan eclipsados por la feroz competencia de las grandes editoriales. Que una empresa como la nuestra consiga visibilidad ya es un hito y, precisamente, plataformas como Verkami allanan un poco el camino. En caso de que la campaña no saliese adelante, el juego quedaría en stand by, simplemente por recursos", explica Alejandro Molina.
Los interesados en colaborar con este proyecto pueden hacerlo a través de: https://www.verkami.com/projects/31370-trasgu. A partir de 30 euros pueden disfrutar del juego y acceder a determinadas recompensas adicionales.
Los avalistas de sueños
Es fácil comprender el motivo que lleva a un emprendedor a solicitar "avalistas" para cumplir su proyecto, pero ¿qué motiva a los mecenas a sumarse económicamente a estos trabajos? La calidad, la originalidad y la garantía de ser un producto exclusivo, además de por la recompensa, se esconden detrás de ello.
Álvaro López tiene 42 años y vive en Madrid. Él también es un mecenas recurrente y otra de las personas que han aportado al proyecto de calendario ilustrado. Lo conocí porque necesitaba una agenda alucinante. Me encontré con el proyecto Jardinario y me pareció expectante. En Verkami también hay un sitio que se llama ¡Descubre proyectos! Mucho color, mucha fuerza, mucha gente haciendo bien las cosas y me quiero acercar a lo más bonito y después comprármelo".
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