A pesar de que cada vez existan más cadenas hosteleras en los centros de las ciudades, Sevilla aun guarda la esencia en muchos de sus bares de lo tradicional y de la comida de toda la vida, con productos de cercanía y cuyas tapas varían según la época del año.

En la capital siguen en pie algunos de los bares más clásicos donde es común ver serrín en el suelo, cuentas hechas a tiza sobre la barra de metal, paredes llenas de estampitas y comida de toda la vida. Estos son algunos de ellos:

El Rinconcillo

El Rinconcillo es uno de los bares de Sevilla más longevos e históricos. Sus orígenes  se remontan al año 1670. Tan es así que la guía gastronómica Taste Atlas lo incorporó entre los 150 restaurantes más legendarios del mundo. Sus tapas más conocida con las espinacas con garbanzos y las pavías de bacalao, dos comidas que además son muy típicas en la capital.  Se encuentran en la calle Gerona, 40.

Bar Las Escobas

Si El Rinconcillo es antiguo, Las Escobas lo es más aun. Data del año 1386 y quienes lo fundaron se dedicaban a la venta de vino y también al de escobas, de ahí lo peculiar de este negocio.

El local también es famoso porque lo frecuentaron afamados escritores como Lope de Vega, Cervantes o Dumas. Están en la calle Álvarez Quintero, número 62.

Casa Morales

Se trata de una tienda de ultramarinos fundada en el año 1850 y en su parte trasera se esconde un bar en el que puedes pedir cualquier tapa con los encurtidos que se venden en tienda. Es muy famoso por tener en su interior unas grandes tinajas de barro. De aquí destacan sus albóndigas de chocos y su montadito de pringá, aunque también tiene fama su montadito de chorizo picante con cabrales.

Se encuentran en la calle García Vinuesa, 2.

Bar Las Teresas

Situado en pleno corazón de Sevilla, este local abrió como tienda de ultramarinos en 1870. Más tarde pasó a convertirse en una bodega y en los años 70 terminaría por elevarse como el bar que se conoce hoy día.  En este espacio son famosas sus chacinas así como su pescaíto frito. Está en calle Teresa, 2.

Cafetería Donald

Aunque es mucho más reciente que los demás, también se considera uno de los bares clásicos de Sevilla. Data de 1973 y se hizo famoso, además de por la calidad de sus tapas, por su cuidada estética, menos habitual en la Sevilla de esa época. De aquí es típica su ensaladilla rusa. Se encuentran en calle Canalejas, 5.

Taberna Peregil 

La Taberna Peregil es uno de los bares más emblemáticos de Sevilla y se la conoce por su popular vino de naranja. Hay quienes dicen, incluso, que Bécquer acudía a ella por este motivo. Otra de las cosas que lo caracterizan son sus precios y lo ricas que están sus tapas, destacando los revueltos de la casa. Están en la plaza Padre Jerónimo de Córdoba, números 12 y 14. 

Bodeguita La Aurora

El bar La Aurora tiene más de 100 años de vida y en todo este tiempo se mantiene prácticamente igual que cuando se creó. Por él han pasado cinco generaciones de hosteleros. La tapa famosa es su chorizo al infierno y los montaditos de pringá. Está en la calle Pérez Galdós, 9.