La Barra del Guadiana: el nuevo local en Triana que bebe de las tabernas de siempre

Cerveza fría, 'cuatro tapas' y Semana Santa, el abecé de la filosofía Guadiana

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La Barra del Guadiana, en la ronda de Triana
La Barra del Guadiana, en la ronda de Triana / Cedida

Pasar bajo el umbral de La Barra del Guadiana es como entrar en tu segunda casa. O al menos eso es lo que diaramente pretenden conseguir los responsables de este local en la Ronda de Triana. Se trata de uno de esos bares que sabe a tradición, comunidad y pertenencia. Un sitio donde el camarero te llama por tu nombre y sabe lo que vas a pedir. En definitiva, La Barra del Guadiana es como una de esas tabernas de toda la vida que ha llegado a la oferta gastronómica y de ocio de Triana para quedarse.

Este establecimiento abrió sus puertas en abril del año pasado de la mano de Ismael Merón, Julián González, Antonio Villalba y Tomás Rincón. Son los mismos socios del Bar Guadiana, un emblemático local del Casco Antiguo, quienes conciben La Barra del Guadiana como una particular extensión de su 'hermano mayor'. "Queremos convertirlo en otro referente, haciendo lo mismo: cerveza muy fría, montaditos y Semana Santa puesta en la tele", revela Tomás Rincón, sobre su particular fórmula del éxito.

Cerveza fría, las tapas de siempre y decoración personalizada

La filosofía Guadiana consiste en hacer de las sugerencias de los clientes, desde la decoración a la configuración de la carta, una parte esencial de la visión de negocio. En La Barra del Guadiana, las paredes están llenas de cuadros de Semana Santa y fotos de eventos que se han celebrado allí aportados por las propias hermandades. Los parroquianos también inspiran algunos de sus montaditos: "El 'Big Brother' (mechá, queso de cabra y cebolla caramelizada) es uno que le gustaba a uno de los socios, mientras que 'Loli' (chicharrón de Cái con queso de cabra) debe su nombre a la clienta que lo patentó", explica Rincón.

La Barra del Guadiana cuenta con una exquisita selección de montaditos.
La Barra del Guadiana cuenta con una exquisita selección de montaditos. / Cedida

En su carta tampoco faltan montaditos como el piripi o la pringá, sin apartar los clásicos de chorizo picante, carne mechá y jamón y queso. Entre sus tapas calientes destacan las espinacas con garbanzos, el solomillo al whisky o un sorprendente combo de de pollo, mostaza y miel. Completan el menú la ensaladilla, las papas aliñás, anchoas, mejillones o ventresca para quienes prefieran un bocado frío. "Todo ello regado con cerveza muy fría o un vino de Jerez", recomienda el propietario.

El heredero de la filosofía Guadiana

Nada menos que 80 años de historia del Bar Guadiana avalan este nuevo proyecto en Triana. En 2020, los socios de Tomás asumieron la gerencia de este antiguo negocio familiar, después de que su dueño falleciera. "Los comienzos fueron duros por la pandemia, pero hemos continuado con este legado hasta convertir el Guadiana en un referente", cuenta Rincón. Curiosamente, él es el único que contaba con experiencia previa en hostelería: "El de mi padre era el bar de cabecera de los Javieres, frente a Omnium Sanctorum, en la calle Feria".

La Semana Santa es parte de la idiosincransia del Guadiana.
La Semana Santa es parte de la idiosincransia del Guadiana. / Cedida

Entre La Barra del Guadiana y el bar original "no existen diferencias", salvo en la disposición del local. "En la calle Guadiana tenemos la barra a la derecha y el salón a la izquierda, con una pequeña barra fuera. En Triana, tenemos mesas altas y bajas dentro y también mesas altas en el exterior", apunta Rincón.

Tanto uno como el otro comparten la misma esencia. La Barra del Guadiana es ese sitio donde los clientes se reconocen y los grupos de amigos se encuentran para hablar de sus cosas y tomar cervezas, incluso aunque no hayan quedado. "Tú puedes ir a un gastrobar un día y a otro al día siguiente, pero uno siempre vuelve donde fue feliz", concluye Tomás.

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