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Campeonato Nacional de Sumilleres

Mónica Rosón y Pilar Vacas, visibilidad a través de una copa de vino

  • La sevillana y la gaditana, elegidas mejores sumilleres de la provincia en 2019 y ejemplos de cómo las mujeres entran con brío en las salas de los restaurantes 

Mónica Rosón y Pilar Vacas, mejores sumilleres de Sevilla en 2019.

Mónica Rosón y Pilar Vacas, mejores sumilleres de Sevilla en 2019. / M. G.

El camino para que la discriminación laboral de la mujer acabe recluida en los libros de historia aún es bien largo y escarpado. Pero ellas se abren paso en los gestos más cotidianos. Por ejemplo, descorchar una botella de vino. El mundo de los sumilleres es otro de tantos en los que los hombres eran amplísima mayoría. Pero algo se mueve, aunque cueste verlo: la visibilidad es débil a través de una copa de vino.

Dos ejemplos de esos renovados aires tienen un marcado acento sureño. Y es que una sevillana de 41 años, Mónica Rosón, resultó ganadora del Concurso Internacional de Sumilleres de Valladolid el mes pasado y junto a Pilar Vacas (37 años) representará a la Asociación de Sumilleres de Sevilla en el Campeonato de España Tierra de Sabor, que acogerá Madrid el próximo 10 de abril.

Ambas han sido designadas como mejores sommeliers (sumilleres) de Sevilla 2019. Y es el quinto año consecutivo en el que es premiada alguna mujer. Para Rafael Bellido, presidente de la Asociación de Sommeliers de Sevilla, es una feliz noticia por el aire fresco que trae: “Es un paso adelante en este mundo. Hace veinte años había muy pocas sommeliers y hoy si vas a las salas de los mejores restaurantes del mundo, raro es el equipo en el que no haya algunas”.

Pilar Vacas, gaditana de nacimiento pero sevillana de adopción, es la sumiller desde hace seis años de Abantal, el único restaurante sevillano con estrella Michelín. Allí aconseja cómo maridar y disfrutar con plenitud los fantásticos platos que salen de la cocina que regenta Julio Fernández.

“Hemos llegado poco a poco, ahora hay muchas más mujeres en restaurantes como sumilleres o en bodegas como enólogas, lo que ocurre es que hay poca visibilidad al respecto. Aunque todavía falta...”, reflexiona Paula Vacas, quien ya estuvo el año pasado en el Campeonato Nacional de Sumilleres: “Más que una competición con los demás, me lo tomo como una competición conmigo mismo. Te vas creando metas, te das cuenta de tus fallos y eso me motiva”.

Mónica Rosón, que hoy dirige la sala del restaurante Carbón (Miranda de Ebro), al que cambió la carta, como también ha hecho con Bocca, asistió invitada hace cuatro años a su primera cata y ahí descubrió su pasión por el vino. Es técnica en vinos de Montilla-Moriles y hace dos años se trasladó a Miranda con su marido, el entrenador y ex futbolista Pablo Alfaro. Se matriculó en el Curso Internacional de Sumilleres de Valladolid.

“Como soy modelo –este año ha desfilado en Simof– y vengo de donde vengo, he tenido que superar un gran hándicap, me tomaban menos en serio. En el segundo día de clase, un alumno me dijo a la cara que qué hacía alguien como yo en un curso de sumilleres... Luego nos hemos hecho amigos y ha sido el primero en alegrarse de que ganara”.

Al hilo de esto, Mónica opina que “antes, no es que a las mujeres se nos negara entrar en este mundo, ocurría que el interés por el vino no era tan fuerte como ahora, y hemos decidido entrar”.

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