Historia del Pabellón de Chile, el protagonista de la Portada de la Feria de Sevilla 2025

En noviembre de 1925 la entonces República de Chile confirmada a España su participación en la Exposición iberoamericana que tendría lugar cuatro años más tarde, en 1929, en la ciudad de Sevilla. No sería hasta 1927 cuando se daría a conocer el nombre del proyecto ganador para construir el edificio de ubicación privilegiada junto a los pabellones de Uruguay y Estados Unidos.

El arquitecto encargado de llevar a cabo el diseño y pilotar su construcción sería el bilbaíno Juan Martínez Gutiérrez, con apenas 26 años y formado en la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería de Santiago en los años 1918 a 1922. También fue profesor de la facultad de arquitectura de la Universidad de Chile en la asignatura de construcción decorativa.

La arquitectura del pabellón

El mismo arquitecto, en una declaración al periódico El Liberal describiría la idea de proyecto como una manera de «expresar los plácidos remansos de las costas chilenas y la orografía titánica de los Andes, componiendo de forma casi escultórica las masas grises y blancas, que van ascendiendo hasta culminar en la fuerte torre». Estas palabras quedarían posteriormente recogidas en las actas del VI Congreso Nacional de Construcción, en Valencia en 2009. Inicialmente esta construcción sería polémica por introducir elementos arquitectónicos moriscos que poco tenían que ver con la arquitectura del país chileno. Posteriormente el proyecto inicial sufriría modificaciones hasta dar con el estilo que vemos a día de hoy.

Por estos motivos, el Pabellón de Chile se acabaría convirtiendo en uno de los pocos ejemplos vanguardistas de la Exposición Iberoamericana de 1929 en Sevilla. Mientras el resto de pabellones se basaban en el regionalismo o el indigenismo, el pabellón de Chile nació como un edificio de hormigón en el que había un juego de volúmenes donde se mezclan las curvas y las rectas, formando arcos y bóvedas, que acababan en una torre de 50 metros, con un diseño de estilo neo precolombino e influencias innovadoras y vanguardistas del Art Decó. Concedido como una representación simbólica de la identidad y cultura chilena, este pabellón se convirtió en un punto de foco de interés durante el evento internacional.

Con una amplia exposición tanto privada como pública que lo hacía especial, este pabellón no estuvo concluido hasta mediados de agosto de 1929. Tal y como recoge la asociación Amigos del Museo de Bellas Artes de Sevilla, este edificio contaba con diferentes secciones entre las que estaba la sala de vinos, la sección de turismo, el salón del cobre, el de prensa o el de Historia y Geografía (entre otros) todos ellos pensados para la muestra Iberoamericana.

El resultado sería un edificio de gran tamaño, el más extenso en superficie de cuantos se construyeron por parte de los países participantes en dicha exposición, y que hoy alberga a la Escuela de Arte y Superior de Diseño de la Junta de Andalucía.

Portada de la Feria de Abril 2025

La portada de la Feria de Sevilla de 2025, diseñada por el arquitecto Pablo Escudero Gispert, está inspirada en este edificio fundamental de la exposición del 29 junto al río Guadalquivir, el Palacio de San Telmo y el Teatro Lope de Vega. Tal y como explicaba este arquitecto durante su presentación, «la composición de la portada se distingue por un impresionante arco central inspirado en una de las ventanas y en el vestíbulo interior del edificio, quedando el conjunto enmarcado por una variedad de volúmenes y formas, dando lugar a las dos imponentes y muy reconocibles torres laterales».