Vivir en Sevilla

Esta es la leyenda que dio nombre a la antigua calle del Duende

Vista de Triana, barrio en el que está la calle Ruiseñor, desde el Paseo de la O.

Vista de Triana, barrio en el que está la calle Ruiseñor, desde el Paseo de la O. / Consejería de Fomento

Quizás no te suene la calle del Duende, puesto que es una de las zonas de la ciudad de Sevilla que ha cambiado de nombre con el tiempo y ahora es conocida como la calle Ruiseñor. Sin embargo, este lugar es el hogar de una de las muchas leyendas que se pueden encontrar en cada rincón de la ciudad.

Un soldado francés, un callejón y un posible fantasma

Durante la Guerra de Independencia, Sevilla pasó dos años bajo dominio francés, entre 1810 y 1812. Los franceses fueron expulsados de la ciudad, en parte gracias a la ayuda de las tropas inglesas que protagonizaron algunos enfrentamientos por la ciudad. Entre las calles y las huertas del barrio de Triana murió un oficial francés en una de las últimas batallas, convirtiéndose en un lugar de leyenda.

La historia cuenta que los vecinos de la nueva calle comenzaron a ver una figura pasearse por el callejón a determinadas horas del día, saliendo de una casa y regresando posteriormente a ella. Y comenzaron a sospechar que se trataba del fantasma del oficial francés que murió en la zona.

Los vecinos, preocupados, llegaron a recurrir a la iglesia de San Jacinto para que realizaran exorcismos y alejar al espectro del lugar, algo que no sirvió puesto que los vecinos siguieron viendo el fantasma del francés. Esto llevó a que la calle se conociese como la calle del Duende.

Sin embargo, en esta historia no había realmente fantasmas ni duendes, ya que el oficial francés se encontraba vivo y coleando. Tras haber quedado moribundo en la última batalla, fue auxiliado por una sevillana en cuya casa se ocultó, saliendo solo de noche por temor a las represalias de la ciudad. La pareja finalmente se casó y el oficial pudo hacer vida normal, sin volver a ser confundido con un fantasma.

En el año 1890 la calle pasó a tener su nombre actual, dejando de ser la calle del Duende para convertirse en la calle Ruiseñor. Sin embargo, la leyenda que dio pie a la primera denominación de esta calle de Triana se sigue recordando más de un siglo después de este cambio.

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