Vivir en Sevilla

El misterio del panteón de Aníbal González y el Cristo del Cachorro

Panteón familiar de Aníbal González

Panteón familiar de Aníbal González / José Ángel García

Uno de los arquitectos más afamados que ha dejado su impronta en Sevilla ha sido Aníbal González, ha sido el que ha sabido plasmar el regionalismo costumbrista sevillano y ha dejado unas maravillosas obras que son principales atracciones turísticas de la ciudad, como la Plaza de España. Sin duda, uno de los papeles más destacados de este arquitecto fue ser el arquitecto jefe de las obras de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. 

Algunas de sus obras principales fueron: el pabellón de la Asociación Sevilla de Caridad, en la calle Arjona, la fachada de la capilla de los Luises, en calle Trajano de Sevilla, el Pabellón Real del Parque de María Luisa y un largo etcétera. Esta brillante carrera dista mucho del final que tuvo este importante personaje ya que acabó arruinado y viviendo de prestado, algo insólito dada su carrera y su influencia. 

Murió a los 53 años y está enterrado en el cementerio de San Fernando en Sevilla, allí está en el panteón donde se encuentran sus restos mortales y sobre el cuál ha habido siempre mucho misterio con respecto a la figura que hay en su interior. Desde hace años existe la leyenda de que el Cristo que hay dentro del panteón de Aníbal González es el mismísimo Cristo de la Expiración y no son pocos los que confirman esa historia. 

Detalle de la copia del Cristo de la Expiración Detalle de la copia del Cristo de la Expiración

Detalle de la copia del Cristo de la Expiración / M. G.

Se ha especulado que esta figura fue a descansar junto al arquitecto después de que un incendio causara graves daños en la iglesia del Patrocinio quedando dañado el Cristo del Cachorro. No obstante, esta historia es sólo una leyenda ya que la figura que reside en el panteón del arquitecto es una copia que realizó Eduardo Muñoz Martínez, natural de Morón de la Frontera, que solía trabajar con Aníbal González como ornamentalista. La policromía corrió a cargo de D. Cayetano González, sobrino del arquitecto.

Parece ser que Aníbal González solicitó permiso a la Hermandad del Cachorro para poder realizar dicha copia, para su panteón familiar. En origen estuvo en el Panteón de los López-Solé, antiguo Luca de Tena. Hay que recordar que Aníbal González era primo hermano de D. Cayetano Luca de Tena y Álvarez-Ossorio, pudiendo encontrar ahí la relación entre las familias y la anterior ubicación del crucificado. Al fallecimiento del arquitecto, y a petición expresa de su viuda, la imagen fue trasladada a su panteón familiar.

Panteón de Aníbal González Panteón de Aníbal González

Panteón de Aníbal González / M. G.

¿Cómo es el panteón del Aníbal González?

Se trata de una construcción de aire neomudéjar de hacia 1913 del propio Aníbal González, que lo levantó como panteón familiar. Realizado en ladrillo en su color, presenta planta cuadrada cubierta a cuatro aguas con tejas de cerámica vidriada. La fachada se abre al interior con arco de medio punto en cuya rosca aparece decoración geométrica, enmarcado con un alfiz.

Recorre el perímetro del edificio en su parte superior una cenefa de igual decoración geométrica con claro recuerdo orientalizante. Sobre esta aparece una cornisa sustentada por ménsulas que le aporta el carácter monumental. Rematando las cuatro esquinas de la cubierta aparecen unos pequeños pedestales de ladrillo sobre los que emergen querubines de bronce. Cerrando el conjunto en el centro de la cubierta una cruz latina realizada en forja, corona la edificación.

Una puerta de forja muy trabajada con elementos salomónicos, deja entrever por una pequeña apertura lo que el panteón esconde en su interior. En él aparecen una serie de arcos carpaneles adosados al muro, sustentado por medias columnas de fuste liso, igualmente adosadas. En el frente presenta una especie de altar, compuesto por una pequeña mesa de cerámica trianera bajo un retablo cerámico que representa a la Virgen del Perpetuo Socorro.

En dicho panteón se encuentran inhumados José González Álvarez-Ossorio, su esposa, sus dos hijos, una nieta y sus padres. Se hallan inhumados dos de sus hermanos, Carlos y Aníbal, así como las mujeres de ambos y algunos de sus hijos, uno de los cuales aparece en otra sepultura del Cementerio, y demás familiares. También se encuentran Cayetano González Gómez, su primera esposa y alguno de sus hermanos y cuñados.

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