El monumento sevillano que pocos conocen y que aparece en las letras de Gustavo Adolfo Bécquer
En pleno barrio sevillano de San Jerónimo, muy cerca de la orilla del río Guadalquivir, se encuentra el Monasterio de San Jerónimo, un edificio que en la actualidad está cerrado al público temporalmente pero entre cuyos muros hay una interesante historia que se origina en en la Sevilla del siglo XV y cuyos vestigios permanecen hasta hoy. Tan es así que la construcción sería nombrada por el propio poeta sevillano Gustado Adolfo Bécquer en su obra Desde mi celda.
Historia del Monasterio de San Jerónimo de Buenavista
El Monasterio de San Jerónimo está ubicado en la calle Marruecos, en el barrio que lleva su mismo nombre y muy cerca de la orilla de la margen izquierda del río Guadalquivir. Fue fundado por Fray Diego de Sevilla con la promoción de su padre, Nicolas Martínez de Medina, contador mayor del rey Juan II, aunque no sería reconocido como monasterio propio hasta el año 1426, en el siglo XV.
Tal y como queda recogido en el Portal de Archivos Españoles, durante este siglo y el siguiente la fama de este lugar iría en aumento gracias a que sus priores eran árbitros en los enfrentamientos continuos entre la nobleza de la ciudad. Esta popularidad dio lugar a que en el año 1575, Felipe II concediera al monasterio el privilegio de impresion de bulas de la Santa Cruzada de las Indias así como de otras obras religiosas. De esta manera la de San Jerónimo se convertiría en una de las primeras imprentas de la ciudad.
Unos años más tarde, durante el siglo XVII, el edificio llegaría a ser la residencia de hasta 150 monjes, aunque también se acabó conviertiendo en la residencia en Sevilla de algunos personajes históricos importantes, como los propios Reyes Católicos, Carlos I, Felipe II o Felipe V, entre otros.
A comienzos del siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, el monasterio sufrió grandes daños que lo sumirían en una etapa donde su declive era cada vez más evidente, siendo saqueado entre 1815 y 1820. En el año 1835 este cerraría definitivamente debido a la aplicación de los decretos de exclaustración de Mendizábal.
Durante los primeros años de su cese el monasterio permaneció casi intacto. En 1850 cobijaba una iglesia y cementerio protestantes, el llamado "cementerio de los ingleses". Después se instalarían en él algunos vecinos y se crearía un colegio hasta que en el año 1964 fue declarado monumento histórico artístico. Veinte años después, en 1984, el convento sería adquirido por el Ayuntamiento de Sevilla.
Bécquer y el Monasterio de San Jerónimo
A pesar de que el Monasterio de San Jerónimo pase desapercibido por no encontrarse en una de las zonas más céntricas de la ciudad y por el estado en el que se encuentra, varias décadas atrás este fue un sitio reconocible y de gran popularidad. Sería incluso el poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer quien lo mencionaría en su libro Desde mi celda, de 1864.
En un estracto de esta obra recogido por la Red Municipal de Bibliotecas, Bécquer escribía lo siguiente: «En Sevilla, y en la margen del Guadalquivir que conduce al convento de San Jerónimo, hay, cerca del agua, una especie de remanso que fertiliza un valle en miniatura, formado por el corte natural de la ribera, que en aquel lugar es bien alta, y forma un rápido declive. Dos o tres álamos blancos, corpulentos y frondosos, entretejiendo sus copas, defienden aquel sitio de los rayos del sol, que rara vez logra deslizarse entre las ramas, cuyas hojas producen un ruido manso y agradable cuando el viento las agita y las hace parecer, ya plateadas, ya verdes, según del lado que las empuja. Un sauce baña sus raíces en la corriente del río, hacia el que se inclina como agobiado de un peso invisible, y a su alrededor crecen multitud de juncos y de esos lirios amarillos y grandes que nacen espontáneos al borde de los arroyos y las fuentes».
Más allá de su valor religioso o arquitectónico, el monasterio de San Jerónimo albergó obras artísticas de pintores como Francisco de Zurbarán, Juan Valdés Leal, Francisco de Varela, Juan de Espinal o Pedro Duque Cornejo.
El Monasterio de San Jerónimo se encuentra actualmente cerrado de manera temporal y en periodo de restauración. Hace solo unos meses, en octubre de 2024, se iniciaba la segunda fase del proyecto de recuperación del claustro, ya que antes de que comenzaran estos trabajos se descubrieron los restos arqueológicos de un claustro anterior de época medieval, lo que provocó algunas modificaciones en la reforma para conservar dicho hallazgo.
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