De patrulla en Harley

Durante la jornada laboral, visten de uniforme y lucen placa. En su tiempo libre, policías nacionales, locales y guardia civiles se calzan las botas de motero, se ponen la chupa de cuero, se colocan cadenas, anillos y demás complementos y, muchos, lucen tatuajes. Las unidades móviles con las que patrullan calles y carreteras son aparcadas y, casi todos los fines de semana, salen a rodar con sus Harleys. Se trata de una docena de aficionados a las motos pertenecientes a los cuerpos de seguridad que, desde hace cuatro años, forman parte del motoclub Alas de Ley (Asociación de Policías Motoristas). Ayer, en su sede de Sevilla Este (en la Plaza Olimpia) celebraron su cuarto aniversario, acompañados de unos 25 clubes nacionales e internacionales que no quisieron perderse la jornada de convivencia.

Juan Manuel Ochavo es el presidente de la sección en Andalucía del motoclub que, a finales de 2008, se fundó en Cantabria y que en febrero de 2009 se asentó en Sevilla. Lleva en el cuerpo de la Policía Nacional 21 años, 24 como motero -"mi primera moto fue una Yamaha"- y, desde 1991, es fiel a su incondicional Harley Davidson. "Mi mujer, también del cuerpo, es motera y lleva una Harley", recalca.

En la tarde de ayer, unas 200 personas disfrutaron de una fiesta en la que no faltó una paella gigante ni el buen ambiente. "Existe una imagen del motero rudo, barbudo y violento, pero nosotros intentamos cambiar esta imagen y luchamos porque se respeten las normas de seguridad vial", contó Ochavo, que añadió: "Acudimos a los colegios y ofrecemos charlas donde explicamos la importancia de respetar las normas en la carretera. Les mostramos a los chavales prendas y cascos de moto destrozados como consecuencia de accidentes de tráfico. Intentamos concienciarles de lo importante que es circular con precaución".

La concentraciones y escapadas, dentro y fuera de España, marcan la agenda de este cuerpo de moteros que tiene una gran vocación por su trabajo y una gran pasión por sus compañeras de viaje, las motos.