El pueblo de Sevilla que cada verano se convierte en el mejor escenario para hacerse fotos

Durante los meses de verano miles de girasoles llenan los campos de la Campiña sevillana dotándolos de una belleza sin igual

El parque de aventuras ubicado en la Sierra Norte de Sevilla perfecto para disfrutar este verano

Floración de girasoles
Floración de girasoles / floracion.es

El mes de junio trae consigo el inicio del verano y, junto a él, la espectacular floración de los girasoles. Estos suelen estar sembrados en extensos campos que se tiñen de amarillo durante los meses del verano y parte del otoño y que en Sevilla cobran un protagonismo especial en la zona de la Campiña, concretamente en el pueblo de Carmona.

La floración de los girasoles de esta localidad sevillana comienza a finales de mayo, cuando el sol comienza a reflejarse con más intensidad sobre sus cultivos, que en esta zona alcanza las 74.000 hectáreas, creando un espectáculo natural que atrae a visitantes de todo el mundo.

Visitar los campos de girasoles de Carmona

Según el portal web floracion.es, más de 3.000 turistas, concretamente de Japón, se desplazan cada año hasta esta localidad ubicada a media hora de Sevilla para disfrutar de este evento floral. Más de 3.000 turistas japoneses llegan cada año a Carmona atraídos por este espectáculo.

En esta misma web explican que «los girasoles, con sus grandes y radiantes cabezas amarillas que siguen la trayectoria del sol, son un símbolo de optimismo y vitalidad». Y añaden que en Carmona, «estos majestuosos girasoles crecen en campos interminables, formando un paisaje de ensueño que parece sacado de un cuadro impresionista».

A pesar de que muchas personas solo reparen en el aspecto de estas flores de gran tamaño que se mueven siguiendo los rayos del sol, lo cierto es que los girasoles también desprenden un agradable aroma. Por esto, los campos de girasoles son un lugar perfecto para dar un paseo entre ellos y disfrutar de la calma que despiertan así como para hacer un reportaje fotográfico lleno de color.

Además de su belleza, los girasoles desempeñan un papel importante en la agricultura de Carmona y la región circundante, ya que sus semillas son una fuente valiosa de aceite y alimento para la fauna local. Tal y como expresan en dicha web, «la vida que gira en torno a estos campos florecientes es un testimonio de la riqueza natural de la zona».

Muchos de los campos de girasoles que se encuentran en el término municipal de Carmona pertenecen a fincas privadas a las que no se debe acceder. Por este motivo es aconsejable contactar con la Oficina de Turismo de Carmona antes de adentrarse en ellos. En ocasiones desde el propio ayuntamiento organizan rutas guiadas que permiten disfrutar del espectáculo floral.

Carmona, Lucero de Europa

Más allá de los campos carmonenses, esta localidad ubicada a 30 kilómetros de Sevilla es una de las más turísticas e históricas de la provincia. Sus orígenes se remontan al Neolítico, habiéndose encontrado en sus alrededores ricos yacimientos prehistóricos. Por esta ciudad pasarían, más tarde, iberos, romanos (cuyos vestigios aún se conservan en la actualidad), musulmanes y cristianos.

Las dos puertas principales del recinto amurallado (las de Sevilla y de Córdoba) son de factura romana. Pero el monumento romano más notable, único en su género, es la Necrópolis. Carmona conservó su importancia durante la época musulmana. Incluso llegó a ser, durante los primeros reinos de Taifa, capital de uno de ellos. En 1247 se rindió a Fernando III el Santo, que la repobló y dotó de Fuero propio. Durante el reinado de Pedro el Cruel, Carmona fue objeto de predilección real. Su Alcázar de la Puerta de Marchena, engrandecido, fue una de sus residencias favoritas y en él se refugiaron sus hijos.

Pasear por los campos y callejones de esta ciudad y disfrutar de su ambiente y gastronomía se convierte en uno de los planes de interior preferidos tanto por turistas como por sevillanos, que encuentran en Carmona la puerta a un pasado que aún está presente en sus calles.

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