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Nutrición

Un taller de ‘BLW’ para acabar con las papillas

  • Workify acoge esta tarde la primera presentación sobre el método Baby-led Weaning en España

Un bebé comiendo con la técnica BLW.

Un bebé comiendo con la técnica BLW.

Una de las principales inquietudes que los padres plantean a los pediatras es la referida a la comida. "Mi niño no me come" o "si encuentra tropezones lo escupe", suelen manifestar con preocupación ante los profesionales. El método Baby-led Weaning (BLW) o “aprendo a comer solo”, con gran aceptación en Europa y EE.UU., viene a prevenir estos problemas, replanteando la relación de los niños con la comida a partir de un planteamiento más respetuoso: que sean ellos los que descubran los alimentos por sí mismos.Con la vocación de difundir las ventajas del BLW, tres proyectos se unen hoy en el espacio de coworking Workify: Mamandoo, La Habitación Saludable, Aplicando BLW y Escuela SAMU. Esta jornada comenzará con una charla ante los medios de comunicación y proseguirá con un taller práctico de BLW para padres, con pautas de alimentación saludable, maniobras para actuar frente a un atragantamiento, recetas, consejos y material útil.

BLW es un método de introducción a la alimentación complementaria en el que se ofrecen al bebé alimentos sólidos para que los manipule e ingiera por sí mismo. Esto supone evitar dar purés y papillas a cucharadas, en cantidades calculadas en base a nuestro criterio y no a su apetito. "En la alimentación tradicional con triturados, el bebé es un mero sujeto pasivo, que no sabe ni siquiera qué está comiendo, por lo que no se permite el aprendizaje. De ahí que veamos tantos niños de 2-3 años que solo aceptan triturados y con una enorme aversión a probar nuevas texturas o sabores", recuerda Rocío Romero, fundadora de Mamandoo.

Una de las primeras dudas que asaltan a los padres al conocer este método es la posibilidad de atragantamiento. Los estudios científicos al respecto avalan que la aplicación del método BLW no supone un mayor riesgo que la alimentación con triturados. Es más, los padres que comienzan a dar a sus bebés papillas de frutas y cereales a los cuatro meses, antes de que el bebé se mantenga erguido, corren un mayor riesgo de atragantamiento. "Ese miedo no es más que fruto del desconocimiento. El bebé debe cumplir una serie de requisitos que nos indican que su organismo está preparado para recibir otros alimentos distintos a la leche. Estos deben ser tenidos en cuenta también si se opta por la opción tradicional con triturados", indica Romero.

Muchos padres se muestran preocupados también al aplicar el método y ver que sus bebés apenas se llevan nada a la boca, solo parecen jugar con los alimentos. Pero cabe recordar que hasta el año, el alimento principal del bebé será la leche materna (o, en su defecto, la artificial) y la alimentación complementaria no debe suponer más de un 20% de sus necesidades. Así pues, lo más importante es tener claro que el objetivo del BLW es educacional y no nutricional.

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