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Vivir en Sevilla

Tres historias siniestras del barrio de Nervión

Un tranvía junto al edificio Viapol.

Un tranvía junto al edificio Viapol. / Belén Vargas

La cercanía de Halloween, señalada como noche más aterradora del año, hace que durante octubre los monstruos, el terror y lo paranormal se conviertan en los protagonistas de gran parte de este mes otoñal. 

Como no podía ser de otra manera, la ciudad de Sevilla cuenta con un gran número de historias que pueden poner los pelos de punta, algunas de ellas con el barrio de Nervión como escenario principal.

El fantasma del Edificio Viapol

Uno de los edificios del barrio de Nervión que arrastran una historia de fantasmas es el Edificio Viapol, en la avenida Ramón y Cajal y cercano al barrio de San Bernardo. Este gran edificio, tiene un tamaño de 33.000 metros cuadrados repartidos entre diversas oficinas y servicios (como los juzgados), es también escenario de algunas apariciones y hechos paranormales.

Algunos trabajadores han asegurado sentirse observados mientras se encontraban en su interior, sin embargo los relatos de trabajadores nocturnos que se encontraban en el edificio cuentan cosas peores, asegurando que los ascensores funcionaban de forma autónoma y se paraban en las plantas.

Tampoco las escaleras son una buena opción, ya que según los testimonios han visto a siluetas bajar y subir por ellas, llegando a abrir las puertas. Lo paranormal no se queda ahí, sino que también afecta a la electricidad, según algunos de los que trabajaron en el edificio, encendiendo y apagando luces y ordenadores.

Equipo Quirúrgico Municipal de Sevilla

Otro punto de Nervión en el que lo paranormal estuvo presente fue en el viejo edificio del Equipo Quirúrgico Municipal de Sevilla, que fue demolido en el año 2008. Antes de su desaparición, personas que trabajaban en él. Algunos testimonios señalaban que, como en el caso del Edificio Viapol, se notaban vigilados y que sintieron algún contacto frío, que a algunas de sus compañeras directamente les tiró del pelo o la bata.

También se llegaron a escuchar susurros y aseguran que cuando dejaron una grabadora en una de las salas, en la cinta se podía escuchar la frase "la muerte habita aquí". 

Otros testimonios señalan que se vieron pacientes en el espejo, que al girarse no existían y que durante las obras de demolición se vio a una mujer pasear en la zona cerrada al paso y que desapareció cuando fueron a avisarle de que era peligroso.

La clínica del doctor Guija

En la avenida de la Cruz del Campo se encuentra un edificio de estilo andalucista, obra de Aníbal González, que se convirtió en escenario de una de las historias siniestras de la zona. A mediados de los años 50 este edificio se convirtió en una institución psiquiátrica, cuando fue comprado por el doctor Eduardo Guija. Funcionó como tal hasta la década de los 70, cuando cerró sus puertas.

En su etapa como centro de tratamiento, la confidencialidad con la que al parecer se trataba a los pacientes hizo que muchos sevillanos se imaginaran que lo peor pasaba entre sus muros, incluyendo terapias de electrochoque y torturas a los pacientes.

Los rumores fueron tales, que la institución y su edificio fueron tachados de malditos y algunos vecinos aseguraron que en el tiempo que estuvo activa se escucharon gritos, por lo que algunos jóvenes acudieron al edificio a intentar hablar con los muertos haciendo uso de una ouija cuando este fue prácticamente abandonado.

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