María Caggiano, médico y cirujana capilar: “La exposición solar excesiva aumenta la caída del pelo, el protector solar es clave”
Los rayos solares provocan estrés oxidativo en el folículo piloso y eso contribuye a la pérdida capilar, pero la experta da las claves para prevenirla
María del Carmen Soto, cirujana capilar: “Lavarse el pelo todos los días elimina la grasa natural que lo mantiene hidratado, hay que utilizar aceite de coco para nutrirlo”
Empezar el verano y terminarlo de la misma forma es prácticamente imposible. Sobre todo, si hablamos del pelo. Por regla general, acudimos a la peluquería días antes de irnos de vacaciones para retocar puntas y recurrir a algún tratamiento hidratante y empezamos nuestro periodo de descanso con un pelazo que ni Beyoncé. A media que los días pasan, nuestro pelo empieza a perder el brillo, se vuelve más quebradizo y la suavidad brilla por su ausencia. La exposición solar, la sal y el cloro han hecho su efecto y de aquella melenaza con la que empezaste el verano no hay ni rastro.
Uno de nuestros principales enemigos en verano es el cloro, que afecta a la piel dejándola sin sus aceites esenciales y también a nuestro cabello. Eso, unido a la intensa exposición solar, se traduce en un pelo encrespado que pide a gritos un extra de hidratación. Aunque, a veces, no es la única solución. Frente a la duda de si lavarse el pelo a diario o no, nos surgen otras cuestiones relacionadas con nuestro cabello que pueden ser mucho más perjudiciales y que, unidas al combo cloro y sal, tienen efectos nefastos.
Hablamos de la exposición solar, que no solo tiene consecuencias nocivas sobre nuestra piel, también las tiene sobre el cabello y así nos lo cuenta la doctora María Caggiano, médico y cirujana capilar del Hospital Capilar. “La exposición solar tiene muchos efectos sobre el cabello y sobre el cuero cabelludo, pero se puede prevenir cuidando de manera correcta el pelo para evitar el daño solar”, nos adelanta la especialista.
Cabello deshidratado, puntas abiertas y alteración de la queratina, así afecta la exposición solar al pelo en verano
Los efectos más evidentes son aquellos que observamos a simple vista o que son tangibles. Esto es la pérdida de brillo total, volviéndose el cabello bastante más opaco y cetrino, y la pérdida de suavidad, siendo su textura mucho más áspera y dificultando el desenredado. Estas consecuencias visibles tienen una explicación científica y la doctora María Caggiano nos las explica y nos cuenta otras consecuencias.
- Deshidratación de la fibra capilar: “La radiación ultravioleta altera la estructura de la cutícula, la capa externa del cabello, provocando que pierda su capacidad de retener agua, dando como resultado un cabello más seco, poroso y quebradizo”, explica la cirujana capilar.
- Pérdida de brillo y color: “Tanto el color natural como el teñido se oxidan con la exposición solar, de hecho, el cabello puede adquirir tonos más claros, apagados e incluso un aspecto quemado”, explica la doctora. “En personas con tintes o mechas, esto se agrava notablemente”, añade.
- Rotura y puntas abiertas: “La debilidad de la fibra capilar expuesta al sol, sumada al roce con cloro o sal del mar, incrementa la fractura del tallo, lo que se traduce en puntas abiertas y una apariencia poco saludable”, advierte la especialista del Hospital Capilar.
- Alteración de la queratina: “La radiación UV daña las proteínas estructurales del cabello, tales como la queratina, lo que disminuye la resistencia del pelo al peinado, al calor o a tratamientos químicos”, expone la doctora María Caggiano.
Caída del pelo y cambio en su estructura, las consecuencias de exponer el cuero cabello al sol
La especialista hace distinción entre los diferentes daños que la exposición solar causa en el cabello y advierte no sólo el pelo sufre, “también lo hace el cuero cabelludo” y las consecuencias son incluso peores. “Un exceso de exposición solar puede provocar quemaduras, especialmente en aquellas zonas con poco cabello o pelo muy fino. Estas quemaduras pueden producir enrojecimiento, ardor, descamación e incluso pequeñas heridas”, advierte la especialista.
“Igualmente, también puede aparecer una inflamación crónica o dermatitis actínica, una afección inflamatoria de la piel causada por una reacción excesiva a la exposición a la radiación ultravioleta, en exposiciones repetidas, que puede desencadenar un desequilibrio del folículo piloso, dificultando el crecimiento normal del cabello”, añade.
Este exceso de exposición solar puede ocasionar también un aumento de la caída estacional del cabello, especialmente en otoño, como respuesta a los daños acumulados durante el verano. Además, la experta añade que “la exposición solar excesiva puede acelerar la caída del cabello, debido al estrés oxidativo acumulado sobre el folículo piloso”.
Al respecto, la doctora Caggiano recalca que “tenemos que saber que la exposición solar excesiva, en ningún caso va a ocasionar alopecia, pero sí puede exacerbar la caída capilar, en algunos tipos de ellas, por lo que es esencial tener en cuenta ciertas medidas básicas para proteger el cabello del sol tanto en verano como en climas muy soleados”.
La especialista recuerda también que el sol tiene consecuencias negativas sobre el tallo capilar. “Los rayos UVB queman y dañan la capa superficial, mientras que los UVA penetran más profundamente y aceleran el envejecimiento del folículo. El cabello, como estructura queratínica, no se regenera como la piel, por lo que se vuelve más frágil, seco y quebradizo, perdiendo el brillo natural”, advierte la doctora María Caggiano.
Consejos de experta para proteger el pelo en verano
Por eso, la especialista recomienda tener un cuidado especial con el cabello en verano y nos da una serie de recomendaciones sencillas con las que proteger nuestro pelo y el cuero cabelludo. No sólo para terminar el verano con el pelo como lo comenzamos, sino para favorecer nuestra salud capilar.
- Barrera física: Utilizar gorros, pañuelos o sombreros, ya que la barrera física sigue siendo la protección más eficaz.
- Fotoprotectores capilares en spray: La especialista advierte que es importante tener en cuenta que deben cumplir con ciertas características. “El producto debe incluir filtros de amplio espectro, tanto para UVB, como UVA; tener una textura ligera y no grasa, ya que debe ser cómodo y que no apelmace el cabello ni deje residuos pesados; ser resistente al agua y al sudor; contar con activos antioxidantes, es decir, ingredientes como vitamina E, pantenol, aceite de argán, extracto de uva o té verde; ser adecuado para el cuero cabelludo sensible; no contener siliconas pesadas ni alcoholes secantes y adaptarse al tipo de cabello específico”, recomienda la doctora María Caggiano.
- Evitar tramos horarios: Evitar exposiciones prolongadas entre las 12:00 y las 17:00, ya que es el periodo en el que los rayos solares inciden con mayor virulencia.
- El agua dulce como aliada: Aclarar el cabello tras el baño en piscina o mar para eliminar cloro y sal es clave para que la mezcla sal/cloro y sol sea un cóctel molotov para nuestro pelo.
- Nutrición intensa: La especialista recomienda una hidratación intensiva con mascarillas o aceites naturales como el de argán o coco.
El pelo como barrera protectora natural frente al sol
Una de las cosas que no todo el mundo sabe es que el cabello actúa como barrera protectora natural frente al sol, ya que, “desde el punto de vista médico, el cabello tiene funciones claras”. Una de ellas es la amortiguación térmica, es decir, el pelo reduce la exposición directa del sol al cuero cabelludo.
“Además, el cabello también actúa como dispersión del calor, ayudando a regular la temperatura corporal en la cabeza y como protección a la radiación UV, porque la fibra capilar actúa como una pantalla parcial frente a los rayos solares, especialmente en zonas densas del cuero cabelludo”, explica la doctora Caggiano.
Pero la especialista advierte que “a pesar de que el cabello ofrece cierta protección, no es uniforme ni total, las zonas con poco pelo quedan más expuestas y son especialmente vulnerables a quemaduras solares”. “Los cabellos claros, teñidos o decolorados, protegen menos que los oscuros y naturales, ya que reflejan más luz, pero absorben menos radiación. Además, el cabello mojado por mar o piscina pierde parte de su capacidad protectora temporalmente”, concluye la doctora María Caggiano.
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