Amanece en Alcalá de Guadaíra con un cielo gris y amenazante, como el futuro de la industria del área metropolitana, que vive su peor momento tras la crisis de mediados de los 90. Justo en esos años se estrenó como alcalde Antonio Gutiérrez Limones, que se enfrentó al difícil reto de salvar de la quema a la principal reserva industrial de la provincia, entonces obsoleta y desafiada por nuevos núcleos en Dos Hermanas, La Rinconada y el Aljarafe. Casi dos décadas después, el también senador socialista atesora ideas y experiencia para abordar la situación y defender sus argumentos desde el Consejo de Europa a la Cámara Alta y al Pleno municipal.

-Alcalá de Guadaíra salió reforzada de la anterior crisis. ¿Y ahora cómo ve la situación?

-Supimos hacer de aquella crisis una oportunidad. Cuando empezaron a deslocalizarse empresas como Gillette planteamos un plan estratégico de revitalización, reflotamos la ciudad y nos convertimos en referente de innovación. Lo hicimos desde algo que denomino el espíritu de Alcalá, la colaboración público y privada, que hoy se estudia en las escuelas de negocios. Ahora hay deslocalizaciones y empresas que plantean ERE y despidos por la bajada del consumo interno.

-¿Y qué es lo que plantea?

-Es un planteamiento general que sirve a todos los niveles: Europa está perdiendo el tren de los grandes proyectos industriales. Europa ha caído un 3,7% en producción industrial el año pasado, España un 7,3%, mientras que EEUU, que ha subido un 2,5%, está haciendo una política de localización de empresas. Europa necesita un plan, también España y el área metropolitana de Sevilla.

-¿Qué le plantea a empresas como Roca?

-A las grandes empresas hay que pedirles compromiso social. Roca es una multinacional que tiene beneficios y está en fase de expansión. Y no se puede ir de su país de origen, como la Renault no se va de Francia o la Volkswagen de Alemania. Este país le ayudó a hacerse grande, poniendo sus infraestructuras, sus trabajadores y ahora hay que poner las cuentas completas. ¿Cuánto perdemos si la empresa aguanta dos años de pérdidas más? Si se va perdemos en términos de empleo cualificado, clientes, proveedores... ¿Cuánto hemos aportado y cuánto perdemos? Roca tiene que asumir su responsabilidad. Su última propuesta a la plantilla es una indecencia. Si se va habrá que tratarla como una empresa extranjera, que es lo que será a partir de ahora.

-Usted le pide responsabilidad social a las empresas. ¿Y a los gobiernos?

-Hay que plantear a la Junta de Andalucía y al Gobierno de España un plan de industrialización, que se apueste por un sistema productivo local, ver cuáles son los sectores competitivos y qué podemos crear.

-Son planes a medio plazo. ¿Y a corto? ¿Qué pasa con las familias que están en situación de emergencia social?

-Yo planteo un PER urbano.

-¿Habla de subsidio?

-Quizás la connotación de PER no es la más acertada. Me explico: tenemos que sostener a las familias porque nos jugamos la cohesión de las ciudades. Hay que fijar a esas familias de barrios urbanos a su territorio para evitar que se creen nuevas zonas marginales y las administraciones públicas deben facilitarle un sostén mínimo.

-¿Y qué más se puede hacer a nivel local?

-Hay que mirar a la economía desde un punto de vista local, no por sectores. Un ejemplo: si todas las empresas industriales que hay en el área metropolitana de Sevilla subcontrataran a empresas locales los productos y bienes auxiliares que necesitan se acabaría el desempleo en la provincia. Hay que fijar resortes en el mismo sistema productivo local que permitan generar riqueza y empleo. Con una bancalización del 80% en España hay que buscar otras formas de financiación, buscar alianzas empresariales para aliviar la tensión del no crédito.

-Para fomentar el consumo interno.

-Hablamos de que la balanza comercial es positiva por las exportaciones, sí, pero a costa de abaratar los precios y los salarios. Nos hemos empobrecido dentro del país. Las políticas de recortes basadas en el control del déficit son absolutamente ineficaces, se ha demostrado ya en todos los países que se han puesto en marcha. Hay que plantarse ante Alemania. Sólo si se fomenta el consumo interno se puede generar empleo y riqueza.

-Usted cuenta con un nuevo proyecto para su ciudad. Explique de qué se trata.

-Un plan de desarrollo sostenible: Alcalá 2020. Es un plan de empleo e innovación, en lo que somos pioneros y contamos ya con otros proyectos anteriores cofinanciados por la Unión Europea. Éste es un país de pequeña y mediana empresa. Algunos dicen que el problema en España es que hay muchas dificultades para crear negocios. Yo creo que no, que el problema es que para que una empresa pequeña o mediana dé el salto debe contar con ayudas y nadie las apoya ni financieramente ni de ninguna otra manera. Por ello nosotros pretendemos respaldar a las empresas locales y les daremos el doble del dinero que destine en crear un empleo en productos para mejorar su competitividad. Vamos a hacer un catálogo de oportunidades de negocio en Alcalá de Guadaíra y lo iremos presentando fuera para atraer a clientes.

-¿Cuáles son las oportunidades?

-En los 90 invertimos 5.000 millones de las antiguas pesetas en renovar toda la zona industrial y poco a poco hemos abierto oportunidades no sólo para la industria, sino también para el comercio. La A-92 se ha convertido en un bulevar comercial y detrás de esa fachada está la zona industrial. Apostamos por que la SE-40 empezara en nuestro término y llevamos años de adelanto en esa infraestructura, es un plus añadido para que vengan inversores que aquí tienen tres millones de metros cuadrados de suelo de calidad, buenas comunicaciones y una zona para el ocio, con 14 kilómetros de ribera recuperados, un patrimonio histórico y una apuesta cultural que se centra en el auditorio y el centro José Manuel Lara, con su vivero para empresas.

-Todo eso se ha hecho con cofinanciación, ¿no?

-Sí, fondos europeos y en la zona industrial, mitad público y mitad privado.

-Eso también ha obligado a endeudarse al Ayuntamiento. Su deuda es de las más elevadas.

-Sí, pero es una deuda productiva. Si hubiéramos dejado esas infraestructuras y obras a medio hacer, hubieran sido un monumento al despilfarro y no darían ninguna rentabilidad. En el último mandato hicimos una inversión sin precedentes en España. Yo creo que el alcalde debe ser un dinamizador social, a eso tiene que dedicarse, no a limpiar un poco mejor la ciudad simplemente.

-Las arcas públicas están vacías. Sin ir más lejos hay infraestructuras paralizadas, como el tranvía o la propia SE-40 que ofrece usted a los inversores.

-Son temas que hay que replantear. No puedo entender por qué el segundo tramo de la SE-40, de la A-92 a la autovía de Utrera, está todavía sin inaugurar. Diez meses de retraso llevamos ya. Y no puedo entender la posición de la Junta de Andalucía con el tranvía. La obra está terminada al 80% y adjudicado el último tramo que enlaza con la Pablo de Olavide. La paralización cuesta más que concluir la obra por el deterioro que se va sumando. Es la única obra que se podría terminar e inaugurar esta legislatura y voy a seguir reclamándola a la Junta de Andalucía.

-¿Y qué le cuentan los empresarios? ¿Están dispuestos a colaborar?

-El empresario pelea con uñas y dientes para mantener a flote su empresa y siempre está dispuesto. Pero distingamos al especulador que hemos tenido estos años atrás y que han destruido mucho de los construido entre todos. La colaboración público-privada es la clave para lograr el éxito. Está probado. Los políticos tenemos que dar respuesta a los ciudadanos, si no, éstos pensarán que sobramos.

-Ya lo piensan. El descrédito es mayor que nunca.

-Sí. Por eso hay que hacer un pacto por Andalucía y por España. La corrupción es algo insoportable, en España y en Andalucía, afecta hasta a la monarquía, pero no nos podemos quedar sólo en el escándalo. Aunque algunos quieran ahora socavarlo, este país ha hecho mucho por ser más justo, igualitario, más protector. No somos capaces de ver el esfuerzo que se hizo en la Transición. Y ahora hay que hacer una llamada de nuevo al esfuerzo colectivo. No se trata sólo de recortar y reducir el déficit, que es un mero instrumento económico, tiene que haber otra alternativa, otra elección. No basta con criticar la amnistía fiscal, hay que ir a un debate más profundo, el de la reforma de la fiscalidad.

-¿No cree que la gente quiere medidas contundentes, dimisiones, y no sólo pactos y debates?

-Los ciudadanos quieren mejorar sus vidas y ya, no que le cuenten proyectos o reformas.

-Las reformas son necesarias.

-Y algunas, como la local, esperada desde hace muchos años. Pero tal y como se está planteando ésta creo que es el mayor atentado democrático que se va a producir en este país. Se destruye el planteamiento de los ayuntamientos de la Constitución de 1812. Este país ha pasado de ser un Estado centralista a olvidarse de las ciudades dándole competencias impropias y sin financiación. No se busca el ahorro, sino privatizar servicios. Y me parece muy bien que se limiten los sueldos. Yo cobro del Senado, pero sólo 6,5 de los 25 concejales de Alcalá de Guadaíra, con 75.000 habitantes, están liberados. ¿Quién se va poder dedicar a lo público? Es muy fácil que los ayuntamientos nos pongamos de acuerdo, pero hay que querer buscar un consenso.