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Singler, genio salido de Duke

Los aficionados al baloncesto se quedaron boquiabiertos el domingo con el debut en la Liga Endesa de un chaval de 23 años que vive su primera experiencia como profesional. Responde por Kyle Singler y se destapó como el mejor de la jornada con sus 32 puntos de valoración. Este alero alto tiene un prometedor futuro y en Alicante disfrutarán de él hasta que lo permita el cierre patronal de la NBA, donde tiene hueco en los Pistons en el momento, si llega, de arreglarse el entuerto al otro lado del Atlántico. Hace de todo y este mediodía en San Pablo habrá que tener cuidado con los múltiples recursos de un jugador que quiso formarse antes de ponerse a ganar dinero lanzando a canasta.

Gerard Solé, experto en el baloncesto universitario estadounidense y periodista de www.solobasket.com, analiza a esta perla nacida en Oregón el 4 de mayo del 88 que dará mucho que hablar.

"Su trayectoria baloncestística siempre ha estado ligada al éxito", arranca Solé. "Singler empezó a destacar de bien pequeño, siendo un jugador muy interesante en high school (con un promedio de 29,3 puntos y 10,3 rebotes por encuentro) que captó la atención de un clásico de la NCAA, el entrenador de los Blue Devils de Duke y seleccionador estadounidense, Mike Krzyzewski. Había algo que hacía de Singler un jugador especial respecto a compañeros de generación como OJ Mayo o Kevin Love: quería estudiar y se comprometió por cuatro años con la prestigiosa universidad. Fue campeón de la NCAA y MVP de la final, pero sorprendió a todos renunciando a entrar en el draft de la NBA tras ser posiblemente el mejor jugador universitario de la temporada 09-10. Singler estaba convencido de que debía terminar sus estudios. Seguramente por eso luego bajó de esas predicciones de Top 10 del draft hasta ser seleccionado, el año siguiente, en el puesto 33 por los Pistons".

Sobre su aparición en España siendo una estrella en ciernes, Solé comenta que "aunque su primera opción fue enrolarse en la franquicia de Michigan, se topó con el lockout y decidió buscar equipo. Llegó el Lucentum y acordaron que jugaría allí hasta el final del cierre patronal -se rumorea que de las nueve páginas de su contrato, siete son cláusulas de salida-. Su liderazgo y espectacular capacidad de trabajo encandilaron a Vidorreta -técnico de los alicantinos-, por ser un chico recién salido de la NCAA con una solidez casi única y con una gran facilidad anotadora. Su juego es muy completo, pues también defiende, dispone de una visión de juego privilegiada para un tres-cuatro de su edad y una madurez impropia de un chico que vive su primera experiencia como profesional. El alumno aventajado de Mike Krzyzewski".

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