La batalla de sexos se libra en el césped
El Betis y el Sevilla femeninos compiten por primera vez en la liga masculina Afrontan su histórico reto con ilusión y ganas de aprender
Hace algunos meses, la Federación Sevillana de Fútbol estableció una serie de cambios en varias de las categorías inferiores del balompié local. Una de esas modificaciones suponía la creación de una liga femenina cuyos equipos estuvieran compuestos por jugadoras alevines e infantiles. A la hora de trasladar la norma al terreno práctico, sólo cuatro entidades cumplían con los requisitos: Sevilla, Betis, Híspalis y Azahar. Viendo los dos primeros clubes que el nivel de la competición iba a ser bastante bajo y que ello podría ralentizar la progresión de sus jóvenes pupilas, solicitaron a la Federación jugar en la liga masculina.
Así fue como el pasado 28 de septiembre los equipos femeninos infantiles de Betis y Sevilla firmaron un debut histórico en la segunda provincial: las heliopolitanas, encuadradas en el Grupo 7, cayeron derrotadas en su visita a los chicos del Colspe (7-0). Las nervionenses, en el Grupo 8, recibieron en la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios al An Ándalis. También perdieron (1-2), pero el encuentro estuvo más igualado, sobre todo cuando la capitana, Rocío Delgado, marcó el tanto del empate. A escasos minutos del final, los visitantes anotaron de nuevo y se llevaron la victoria, privando a las sevillistas de sellar su estreno con, al menos, un punto en el casillero.
Mismo debut y sendas derrotas. No obstante, las jóvenes jugadores de Sevilla y Betis obtuvieron un valioso aprendizaje de aquellos primeros 90 minutos de competición en la liga masculina. Como era de esperar, los nervios e inseguridades hicieron acto de presencia. "Salieron impresionadas en el primer tiempo y sus rivales fueron muy superiores. Eso sí, tras el descanso se transformaron. Eran otras. Se dieron cuenta de que los chicos tenían dos brazos y dos piernas igual que ellas y de que podían plantarles cara. Cuando se lo creyeron se vio una intensidad distinta en el césped". Así rememora la entrenadora del Sevilla, Noelia Carrillo, el primer partido del curso liguero.
"La verdad es que mis niñas estaban muy nerviosas, porque los jugadores del Colspe eran muy buenos y todos les sacaban una cabeza. No fue un gran partido para nosotras, pero sí que nos sirvió para hacernos a la idea de lo que nos espera este año y de que, con tiempo, podemos mejorar", explica María del Carmen Fernández, actual preparadora del Betis y anterior ayudante de Francisco Aparicio, quien renunció al proyecto por motivos personales.
Según han transcurrido los encuentros de la temporada, se ha visto cómo el ritmo de juego de las primeras infantiles en jugar contra los chicos iba incrementándose. Más allá de la curiosidad inicial que despierta el hecho de ver a niñas que pelean el balón a los chicos y dejando a un lado los chascarrillos con los que éstos suelen recibirlas antes del comienzo de cada choque, sevillistas y béticas están demostrando que lo suyo no se queda en la simple anécdota. En la segunda jornada, las pupilas de Noelia Carillo visitaron al CD Demo. Tras un primer tiempo bastante equilibrado, Elena Guerra anotó el primer y único gol del partido. Las jugadoras no pudieron ocultar la emoción. Habían logrado la primera victoria del curso, tres valiosos puntos y, por encima de todo, respeto. "Antes de saltar al campo los niños se suelen reír de nosotras. Piensan que somos peores y que no tendrán que esforzarse. Por eso gusta más ganar, por los puntos, pero sobre todo porque demostramos que valemos", señala Guerra, quien se define como "polivalente", capaz de jugar de medio centro, de delantera o "de lo que haga falta", y que además es la tercera capitana de la plantilla.
El pasado fin de semana, de nuevo en casa, fue el turno de verse las caras ante el San Jerónimo, conjunto que supo apretar a las locales, algo desconcentradas, y que marcó dos goles en los primeros 45 minutos. Tras el descanso, las sevillistas consiguieron arañar un punto (2-2). Ayer, en el campo del Altair, cayeron por la mínima (1-0).
Algo menos de fortuna ha tenido el Betis en sus compromisos. Las jugadoras mantuvieron el tipo en su campo frente al Antonio Puerta, si bien su juego ofensivo no encontró la recompensa deseada (0-2). El mismo patrón se repitió hace siete días en los dominios del Calavera, que endosó cuatro goles a las verdiblancas. "El segundo partido ha sido el mejor hasta la fecha. En el tercero les costó arrancar, pero tampoco se puede decir que jugaran mal", explica la entrenadora del Betis, que apunta que su chicas siguen compitiendo en la modalidad de fútbol 7. Tras mucho sufrimiento, ayer lograron la ansiada primera victoria (2-1) ante el Bellavista, con goles de Rosa y Ainhoa.
Aunque los resultados no siempre acompañen, las protagonistas de esta historia valoran el cambio de forma muy positiva. Si en algo coinciden es en que la liga del año pasada era muy floja, por lo que el aburrimiento hizo acto de presencia en más de una ocasión. "Hubo partidos en los que casi ni toqué el balón con las manos. No me hacía falta," recuerda María Romero, portera y segunda capitana del Sevilla. En lo referente a la peligrosidad del juego, por aquello de que los chicos son más duros, no hay vacilación. "No me dan miedo las patadas. El fútbol es un deporte de contacto y soy la primera que si tiene que hacer falta la va a hacer". Así, con desparpajo, esquiva la capitana sevillista, Rocío Delgado, cualquier indicio de temor. "A mis padres no les da miedo que juegue contra los niños; todo lo contrario, lo prefieren, porque saben que es más competitivo y que así aprenderé más", añade su compañera Lorena Carmona. Hasta los progenitores de las infantiles ven mucho de positivo en que sus hijas planten cara a los chicos, pues así perfeccionarán sus habilidades.
Las deportistas reconocen la superioridad de sus rivales en lo que a fuerza y velocidad se refiere, pero no estiman que eso juegue en su contra, sino todo lo contrario: puede convertirse en el mejor de los alicientes. En adelante, a veces ganarán y en otras tantas tendrán que asumir la derrota. Seguramente las goleadas no resultarán tan prolijas como en la temporada pasada y el casillero de goles albergará unos números algo más modestos. Pese a todo, en lo concerniente a la confianza y la seguridad en sí mismas, variables imposibles de medir en ninguna estadística que se precie, el crecimiento está más que asegurado. Lo cierto es que, para afrontar este histórico reto, los entrenamientos de la pretemporada se orientaron más a la parcela psicológica que a la física.
En cuatro jornadas, una victoria, un empate y dos derrotas para el Sevilla. Esos cuatro puntos colocan a las nervionenses octavas de su grupo. El Betis, con un triunfo y tres derrotas, asciende al decimoprimer lugar de la clasificación del 7. Éstos números no dejan de ser pinceladas de una campaña que promete ser intensa y gratificante y en la que seguro ambas plantillas alcanzarán un gran nivel que en el futuro les pueda abrir puertas.
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