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El italiano es el Sevilla

  • En un restaurante italiano del Arenal se cuece hoy una sabrosa intrahistoria: Massimo Sardelli, 'tiffoso' de la Fiore, fundó el local en 1991 con 'Piru' Balón, reconocido sevillista

Alguien que recibió el bautismo en la pila del baptisterio del Duomo tiñe su credo futbolístico de morado. Es lo que le pasó a Massimo Sardelli, sevillano de adopción, casado con una sevillana y con hijos sevillanos... pero tiffoso acérrimo de la Fiorentina, ese último escollo del Sevilla hacia Varsovia.

¿Y cómo llegó él hasta Sevilla? "Mi hermano Rico, cuando mi padre murió, trabajaba en solerías, tenía 18 años. Tuvo que irse al extranjero y se vino a Sevilla. Montó la solería de El Corte Inglés del Duque. Pero luego lo dejó y abrió una tienda de moda para hombre, aún en activo". El 5 de marzo del 86, Massimo llegó para quedarse y echar una mano a Rico. Y aunque echó raíces entre refinadas telas y cortes impecables, no podía evitarlo: se estremecía de nostalgia cada vez que sacaba de una caja un pañuelo de seda o una corbata morada. Entonces, rememoraba esos partidos de la infancia en el Artemio Franchi, con el gran Antognoni sentando cátedra con la pelota: "Estaba en el partido que el portero del Genoa le propinó un rodillazo que por poco lo mata. Jamás olvidaré ese silencio en el graderío".

Allí, en la tienda de moda, Massimo hizo migas con un cliente, Juan Manuel Balón, Piru para sus muchos amigos. Y este toscano de pura cepa -su madre nació en Poggibonsi, un pueblecito a 35 kilómetros de Florencia- dio otro giro súbito a su vida, como en el 86: "Piru y yo decidimos montar un restaurante, a pesar de que no teníamos experiencia en la restauración. Yo soy perito mecánico, así que de ropa y de comida, cero... Pero me encanta cocinar".

Piru recuerda esos duros comienzos. "Abrimos en octubre del 91, pasamos muchas fatiguitas". Su recinto, Porta Rossa, es uno de los referentes de la ciudad en gastronomía italiana. Antes en Pastor y Landero y ahora en la calle Arenal, en la misma manzana.

La sustancia del reportaje, el picante incluso, lo da la condición sevillista del socio de Massimo: "Mi padre entrenó en los escalafones inferiores del Sevilla en la época de Baby Acosta, que era el jugador que más me gustaba entonces. Aunque también trabajó en el Betis. Al final, tuvo la suerte de disfrutar con nuestras dos primeras Copas de la UEFA. Yo soy muy sevillista, pero no antibético".

Massimo echa algún condimento más al guiso que se empezó a cocinar cuando el alemán Riedle emparejó las bolas de Sevilla y Fiorentina aquel viernes de Feria. Por si hiciera falta más sabor... "Soy filobético, como casi todos los extranjeros que se afincan en Sevilla (risas). Cuando venía de pequeño, muchos amigos de mi hermano eran béticos, era muy amigo de Megido... aunque Polster y Zamorano también comían mucho en casa de mi hermano". "Él no es bético, es de la Fiorentina, lo que pasa es que en Sevilla te tienes que definir hacia uno u otro, pero pregúntale quién quiere que gane en una posible final Sevilla-Nápoles...", tercia su socio Piru. Se la puso a huevo: "Con la mano en el corazón, que gane el Sevilla el título si se da, no soy antisevillista".

Massimo no es optimista. Da un 70% de posibilidades al Sevilla y un 30% a su equipo. "Hace dos meses estábamos más fuertes, el Sevilla lo hubiera tenido muy difícil, vencimos en el campo de la Juve, donde no gana nadie. Pero ahora es otra historia. El Sevilla tampoco estaba como está ahora. Han coincidido la curva descendente de la Fiore con la ascendente del Sevilla".

Piru lo ve más igualado: "Un 60%-40% para el Sevilla como mucho. Cierto es que mi equipo tiene una mentalidad idónea. Si va a Italia con un resultado similar al de la ida con el Zenit (2-1), ya te digo que podemos pasar. Un 2-0 estaría bien, pero a veces casi es mejor un 2-1 que un 2-0. Con el 2-1 sales a tope y con el 2-0 te puede pasar lo de Valencia del pasado año, que sales de otra forma".

Aunque tiene claro que hay un feeling especial entre Nervión y este torneo: "Sentimos esta copa como algo nuestro. Y físicamente estamos fortísimos". Massimo lo corrobora de forma muy gráfica: "El Sevilla, si el árbitro pita en el minuto 95, sigue corriendo hasta el 98, hasta que le digan que deje de correr ya... Eso me da miedo del Sevilla, su intensidad".

Para contrarrestarlo, el dato de que al Sevilla no se le dan bien los italianos. Massimo vuelve a ser rotundo: "Es que la Fiorentina no juega italiano. El Sevilla es más italiano que la Fiorentina"...

¿Y dónde radican las virtudes en el histórico equipo viola? "En el tiqui-taca, practica un juego muy español, combina muy bien de la mano de Montella, aunque le falta un poquito de remate. Mario Gómez no está al nivel de las expectativas. Echamos de menos a Rossi". Se encomienda al hombre que va a sufrir el recibimiento más hostil hoy: "Joaquinito está como cuando tenía 20 años, hasta defiende. Corre toda la banda y marca sus golitos. Entre él y Salah, mucho cuidado".

Piru coincide: "Salah es muy peligroso. A Joaquín también hay que tenerlo en cuenta, por esos sentimientos que tiene, que no los esconde. Pero ojo, que nosotros también tenemos a Reyes". Interrumpe Massimo, que muestra una foto de Whatsapp: en la fachada de una tienda del Betis se lee, previo fotomontaje, "Soy de la Fiore desde chiquetito". En el escaparate, un póster de Joaquín de morado. La guasa sevillana actúa rápido. Piru pregunta y él mismo se responde: "¿Esa guasa la hay también en Florencia, Massimo? Imposible, allí no hay otro equipo...".

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