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Fallos en el acelerador y en el freno

  • El equipo de Emery, con la ansiedad de buscar a Llorente, lo hizo olvidándose de su variedad de recursos ante la mejor defensa La ausencia de Krychowiak en el eje abortó la reacción final

Siempre que hay una derrota se puede hablar de decisiones equivocadas, aunque lo correcto sería hacerlo de decisiones fallidas. Reducirlo todo al hecho de hacer debutar a Fernando Llorente de forma más o menos precipitada es faltar a la verdad, aunque es cierto que condicionaría algo el estilo de ciertas fases del ataque blanco. Sí que estaba cantado, con Llorente o sin Llorente, que el Atlético iba a jugar el mismo partido que hizo la temporada pasada en su visita a Nervión, una antología del arte de defender y apretar los dientes en su área a base de ayudas y acumular efectivos en defensa. La diferencia con respecto al 0-0 de la pasada campaña fue que los de Simeone hicieron bingo en un error de Carriço y que, a la desesperada, el Sevilla dejó espacios por el centro en las transiciones ataque-defensa, germen de los dos goles que convirtieron la derrota en goleada y que volvieron a demostrar que Krychowiak no puede faltar de su sitio, el centro del campo, para cortar el grifo a los rivales en los contraataques.

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Defensa

Recuperar a Carriço parecía ser la salvación para un equipo con serios problemas en el centro de la defensa y acabó costando la derrota. Si Emery se decidió por él quizá por la falta de contundencia de Kolodziejczak en el cuerpo a cuerpo, resulta curioso comprobar cómo el Sevilla, que había sacado a todas sus torres disponibles (Iborra, Llorente...) para ganar en juego aéreo, acabó sucumbiendo en un duelo de Griezmann, el más pequeñín de los rivales, con un central.

Al equipo nervionense todo se le puso en contra en el estreno de la nueva imagen del Sánchez-Pizjuán, que, a remolque de ese 0-1, tuvo que quemar las naves para sufrir luego dejando espacios por el centro. En este aspecto, el recurso de retrasar a Krychowiak a la defensa descubrió de nuevo la vía central, por la que Kronh-Dehli, que salió con 0-1, se vio superado siempre. El segundo gol llegó tras una falta que tuvo que hacer Konoplyanka en los metros del danés y el tercero en otra jugada en la que, como en pretemporada, no apretó con tensión defensiva.

Ataque

De alguna manera, la presencia de Llorente condicionó la manera de llegar arriba. Si la idea era que el riojano fijara a los centrales cerca de Oblak y que bajara balones para la llegada en segunda oleada, el Sevilla abusó del balón arriba en vertical y diagonal y casi nunca lo hizo con llegadas y centros desde las bandas. Ahí percutió más Coke en cierta fase del primer tiempo con la ayuda de Vitolo y Reyes, mientras que el oficio de los colchoneros a la hora de defenderse hacía que la ansiedad empezara a calar en los locales. En eso son maestros los de Simeone y los recursos de Emery no dieron frutos. Reyes y Banega no encontraron un hueco por más que lo buscaron y Konoplyanka volvió a demostrar que tiene que cambiar el chip.

Virtudes

La fe no faltó nunca y en muchas fases superó al Atlético, aunque en los metros finales faltase algo.

Talón de aquiles

Faltó intentarlo con más variedad de recursos de ataque y tener a un cierre lo más parecido a Krychowiak.

UNO POR UNO

Beto Injusto culparlo de la derrota cuando había hecho un partido casi completo hasta ese tercer gol que sí lo sorprendió.

 

Coke La mayor fuente de ataque en la primera parte sorprendiendo en segunda línea.

Rami Es un grandísimo central y volvió a demostrarlo, aunque no recibió muchas ayudas.

Carriço Siempre equilibró su falta de velocidad con el oficio en la colocación, pero le robaron la cartera muy fácilmente. Luego, incómodo.

Tremoulinas Muy flojo, tanto en ataque como en defensa. Sus centros se echan en falta con Llorente en el área.

Krychowiak Sostiene él solo al equipo en las transiciones ataque-defensa y, una vez más, cuando pasó a la zaga el Sevilla lo acusó. Mala suerte en el 0-2.

Banega No encontró los huecos ante un equipo cerrado.

Reyes Igual que Banega. Su magia no siempre es el recurso, pero lo intentó y siempre fija.

Iborra Perdido, lento y casi siempre superado.

Vitolo Es un extremo de espacios que sabe explotar su potencia. Sin ellos, más difícil.

Llorente No pudo bajar un balón sin tener pegado, atosigándolo, a un rival.

Krohn-Dehli Esa indolencia sin balón... No tapó ni una contra.

Konoplyanka Sigue sin enterarse, pero al menos puso tesón, como en la falta del 0-2.

Gameiro De más a menos.

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