Sintomatología de enfermedad grave
las palmas - sevilla · el otro partido
La presión por una ambiciosa planificación, el cúmulo de lesiones e inconvenientes como la diarrea de Konoplyanka y el infortunio desnortan a Emery, que marró el plan y los cambios.
Minuto 66: Unai Emery remata su mal planteamiento con un cambio difícil de explicar. Vitolo espera en la banda y el cartelón muestra el 24 de Llorente, que acababa de ofrecer a Krohn-Dehli la mejor opción de toda la segunda parte. Emery había sacado ya a Reyes y ahora optaba por el canario para intentar que el Sevilla, por fin, tuviera juego... por dentro, por las bandas o por donde fuera. Sin embargo, cuando dio entrada a los extremos titulares, sacrificó al delantero, al hombre que, en la primera mitad, había ocasionado la mejor oportunidad de gol, en una jugada que Coke no acertó a colar dentro y que fue el preludio del 1-0. El Sevilla, a partir de ese momento, sin su referencia arriba, comenzó a centrar balones desde los costados. El mundo al revés.
Ese cambio fue el colofón a un efecto dominó de una serie de circunstancias contrarias para el Sevilla, cuyo entrenador parece con el norte perdido, zarandeado por tanta exigencia y tanto contratiempo. En primer lugar, el cúmulo de bajas es importante y si el lunes se unía a la nómina el líder del juego ofensivo, Banega, este miércoles se sumaron a la lista Mariano y Konoplyanka, por unas inoportunísimas diarreas.
El plan de darles descanso a Reyes y Vitolo, al que no quiso forzar el técnico tras pedir el cambio ante el Celta por sobrecarga muscular, se deshacía por la imposibilidad de alinear al ucraniano. La solución de Emery fue optar por un equipo con cuatro centrocampistas, en el que sorprendió el regreso de Cristóforo, para ir al juego directo ante el pésimo estado del terreno de juego y buscar por la vía rápida a Immobile, en su primera titularidad, y a Llorente.
En segundo lugar, hay que aunar al cúmulo de circunstancias negativas el mal estado de forma de dos jugadores otrora claves, Krychowiak y Tremoulinas. Después de que Coke tuviese en su bota el 0-1 en la primera jugada con criterio del ataque sevillista, el polaco y el francés defendieron nefastamente un ataque por el centro de Las Palmas. Por el medio, donde acumulaba más hombres el Sevilla, se abrió de par en par un equipo que a raíz de ahí perdió la confianza en un plan difícilmente sostenible, entre otras cosas porque los laterales no subieron nada, si acaso Coke alguna vez.
En tercer lugar, hay que sumar como condicionante negativo el infortunio. Lo tuvo el Sevilla en la fase de mejor juego con un fuera de juego más que dudoso de Immobile o con la mencionada ocasión de Coke. Y lo tuvo cuando, en plena avalancha de balones colgados -pese a que ahora sólo estaba Gameiro para rematar los balones centrados-, Krychowiak cabeceó a gol para empatar un buen córner de Krohn-Dehli... Iba hacia la red, pero dio en Gameiro.
A este Sevilla que hastió este miércoles al sevillismo en pleno todo se le vuelve en contra. Y la base del desastre puede estar en un nuevo cambio de sistema de un técnico que pierde y pierde crédito porque no sabe cómo adaptar los fichajes a su idea base, que no sabe cómo responder a tanta exigencia y a tantos fichajes de relumbrón. Farolillo rojo, norte perdido. La sintomatología es muy grave.
Emery llega a los 100 partidos de Liga con el crédito depauperado
No guardará un grato recuerdo Unai Emery de su partido número 100 en Primera División con el Sevilla. En el estadio de Gran Canaria alcanzó esta cifra el entrenador sevillista con los siguientes números: 49 victorias, 22 empates y 29 derrotas con la de ayer. Curiosamente, y según el especialista estadístico Pedro Martín, en estos 100 partidos de Liga el de Fuenterrabía ha realizado 96 alineaciones distintas. La de ayer fue extraña de partida, con Cristóforo en el equipo después de mucho tiempo, con Krychowiak e Iborra junto a Krohn-Dehli en un centro del campo sin bandas. Este partido 100 coincide con un momento bajísimo de Emery. Su crédito se agarra como puede a los dos títulos.
Dos puntos y colista, como en la 13-14
El Sevilla está calcando los números de hace dos temporadas, en la que también era colista en la quinta jornada. En aquel inicio de curso, el equipo de Emery empezó con derrota ante el Atlético (1-3), empates en Valencia con el Levante (0-0) y en casa ante el Málaga (2-2) y derrotas en el Camp Nou (3-2, con mucha polémica) y Mestalla (3-1). El paralelismo va más allá, puesto que en la sexta jornada recibió al Rayo Vallecano, próximo rival el sábado en el Sánchez-Pizjuán, y lo goleó (4-1). A raíz de ahí iniciaron los blanquirrojos la remontada, hasta terminar quintos en la clasificación. Incluso pujó por alcanzar al Athletic en la cuarta plaza, aunque una derrota en San Mamés en vísperas de la semifinal de Liga Europa en Mestalla lo privó totalmente de optar a la Champions, objetivo de este año, aunque el club lo obvie.
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