A pesar de que el filial cajista, el Qalat, pasará a mejor vida para que el club se ahorre una importante partida del presupuesto, los movimientos de Juan Llaneza, director deportivo, van dirigidos a contratar a algunas jóvenes promesas del baloncesto europeo para que vayan creciendo en Sevilla o bien en un club de LEB Oro o LEB Plata y que vayan ganando experiencia en España. Le ha salido bien al equipo la apuesta por Tomas Satoransky, uno de los mejores proyectos del baloncesto continental de la quinta del 91, así como Joan Sastre, aunque haya tenido menos minutos que el checo en la primera plantilla.

Hace escasas fechas llegó a Sevilla otro chaval checo con un gran porvenir por delante. Venía a prueba y quizás termine firmando por el Cajasol. Se llama Ondrej Balvin, de 17 años y 2,16 metros. Pero hay otro jugador al que Llaneza quiere echarle el lazo y está pendiente de que acepte la oferta sevillana. Es el alemán Philipp Neumann.

Perteneciente a la cantera del Bamberg, uno de los conjuntos germanos más punteros, Neumann no tiene contrato para la próxima temporada y el Cajasol es uno de los clubes que se ha dirigido a su agente con la idea de que firme varias campañas con el equipo hispalense. Nació en 1992, pocos meses después que Satoransky y Sastre, y es uno de los principales valores de una buena hornada de jugadores alemanes, como se demostró hace pocas semanas en el presitigioso torneo de Mannheim, el Mundial júnior oficioso.

En la última edición del denominado Albert Schweitzer Turnier, Neumann fue designado como mejor pívot de la cita, al promediar 16,6 puntos, 10 rebotes y 21,7 de valoración en los siete encuentros que disputó con el combinado alemán sub 18 -también se presentaba el sub 17-. Con 2,07 de estatura, Neumann es un jugador muy versátil, pudiendo meterse dentro de la pintura y también lanzar de tres puntos. El pívot tiene hasta mediados de este mes para aceptar la propuesta que tiene sobre la mesa, aunque su equipo quiere que siga allí a toda costa.