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sevilla f.c.
En el fútbol hay siempre historias curiosas como la de Luna, todo un campeón de la Copa del Rey con el Sevilla que empezó la temporada en el banquillo del filial. El canterano, que lleva la 10 años en la entidad nervionense, cumplió un sueño el pasado miércoles y puso el broche a una temporada que "había empezado siendo un infierno".
"Hace tres meses creía que la campaña sería nefasta, pero todo cambió de un día para otro. Ramón Tejada cogió el filial tras la destitución de Diego y apostó por mí. Después, Antonio Álvarez confió en mí en un momento complicado y, por fortuna, no fallé", señala el de Pedrera, quien reconoce que este final de curso "era inimaginable". Y es que el lateral debutó con la primera plantilla en Almería, con el equipo jugándose entrar en la Liga de Campeones. "El fútbol tiene estas cosas. Estuve casi tres meses que ni entraba en las convocatorias del filial y, de repente, me vi jugando en Primera División. Nunca me derrumbé y seguí trabajando al máximo, pero el apoyo de Tejada y Álvarez ha sido muy importante para mí", reconoce el futbolista, que añade: "Cada entrenador es un mundo. A Diego no le daba lo que él buscaba, y a Ramón y Álvarez, sí", explica con serenidad.
¿Y cómo vive un chaval un cambio de esta magnitud? "Con la ayuda de los compañeros fue más fácil. Estuvieron siempre encima mía y nunca me sentí un extraño", afirma el jugador, "en una nube todavía". No en vano, la recaída de Adriano le brindó una titularidad en la final con el Atlético de Madrid "inesperada", según reconoce: "El técnico habló conmigo sobre cómo defender y otras cuestiones tácticas. No tenía que motivarme porque si alguien no se motiva en una situación así... mala cosa. Lo que más me impresionó fue el momento en el que nos bajamos del autobús. Una vez que salté al césped jugué tranquilo", indica el defensa, que recuerda su duelo con Reyes: "Intenté siempre adelantarme a sus movimientos y no dejarlo pensar. Estaba muy picado. Parecía antisevillista, bético", explica el de la Sierra Sur.
De vacaciones desde el viernes, Luna desconoce cuál será su futuro. En principio le han dicho que el 8 de julio regresa al trabajo, como el resto del grupo, aunque sabe que será el entrenador quien decida si hace la pretemporada con el Sevilla o no. "Mi ilusión es quedarme en el primer equipo, pero no depende de mí. Sería un premio merecido, una oportunidad para demostrar que puedo estar ahí, pero tengo claro que soy joven y si vuelvo al filial seguiré aprendiendo en Segunda B a la espera de una llamada. Es la labor de los canteranos, responder cuando se nos necesite y demostrar que podemos hacernos un hueco en lo más alto. Rodri es otro gran ejemplo".
¿Y qué pasará con Antonio Álvarez? "Ojalá siga. El equipo está volcado con él y consiguió las dos cosas que se le pedía: la Champions y el título. En el fútbol mandan los resultados y creo que al menos se merece empezar la temporada. Se ha ganado una oportunidad".
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