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Bernabé tierno jiménez. psicólogo, pedagogo, escritor

"Ojalá tuviéramos cuatro o cinco Amancio Ortega"

  • Licenciado en Filosofía, Ciencias de la Educación y Psicología,Tierno Jiménez (Alberca de Záncara, Cuenca, 1940) está de gira por toda España presentando su último libro, Kárate mental

–¿Cuántos libros?

–Ahora estoy presentando en toda España el número 54. El primero me lo presentó Tierno Galván.

–Mucha gente cree que Bernabé Tierno es hijo de Tierno Galván...

–Hacíamos bromas con eso porque mi editorial le mandaba todos mis libros. Mi padre era un labrador de pueblo, de Alberca de Záncara, provincia de Cuenca.

–¿De qué trataba su primer libro?

–Se titulaba El fracaso escolar. Fui el primero que lo trabajó en España.

–¿Y el último?

–Se titula Kárate Mental. Yo hice artes marciales en mi juventud. Y quiero reivindicar a todos los que se dedican a esa noble tarea por el perjuicio que a su imagen les ha producido ese falso maestro asesino. No conozco gente más pacífica y equlibrada.

–¿Hay un kárate de vida además del cinematográficao Kárate a muerte en Bangkok?

–Bruce Lee tenía una magnífica formación, pero kárate en japonés significa mano abierta. El karateka mental enseña a ver lo mejor del otro, a potenciar sus virtudes. He trabajado en sesiones de kárate mental con mujeres que han padecido violencia de género, con chavales que han sufrido mobbing.

–¿Los recursos humanos son humanos?

–Estamos hablando de talento y liderazgo. Es de lo que voy a hablar este verano en cuatro universidades: en Laredo (Cantabria), en la Universidad Católica de Murcia, en Melilla, centro adscrito a la Universidad de Granada, y en San Sebastián.

–Hablando de kárate, ¿en qué lucha está ahora la gente, la lucha de clases, de géneros, de patrias?

–De ideales. De falta de referentes. La gente me dice: ¿en quién nos miramos? La golfería se extiende a todos los niveles, me da igual que sea en Andalucía, en Cataluña o en el País Vasco, con Bárcenas o con los ERE. Sin esfuerzo y honradez, este país seguirá en la UVI.

–Hay padres que denuncian a sus hijos...

–Pones la televisión y sólo ves violencia verbal. Las agresiones verbales, las malas noticias y el lenguaje negativo pueden ser tan nocivos para nuestro cuerpo como una puñalada. Estamos rodeados de palabras y conceptos tóxicos que nos causan estrés y verdadero dolor físico.

–¿Quién nos salvará?

–La gente buena. En España hay muchísimas personas que se dedican al voluntariado de forma anónima. Si hay ejemplos, los ejemplos arrastran. Con una frase de Beethoven, que decía que la bondad era el único símbolo de superioridad que conocía.

–Como pedagogo, ¿qué le parecen los continuos cambios en las leyes educativas, ese cambio de Educación sin descanso?

–Cada partido que llega al poder hace su agosto. No aplican criterios racionales, sino ideológicos. Reivindico la vuelta a los valores. No hablo de religión, sino de espiritualidad.

–¿Qué aprendió de su padre labrador?

–Que lo que no hagas por ti mismo nadie lo va a hacer por ti. Yo nací después de la Guerra Civil y recuerdo a esa pobre gente, ateridos de frío, que llamaban a la puerta de mi casa. La filosofía de mi padre está presente en uno de mis últimos libros, El trabajador humilde. En él hablo de casos como el de Paloma Frial. Hija única, con trece años muere su padre y hace de una pequeña empresa una multinacional. Cuantos más trabajadores tiene una empresa, mayores serán sus beneficios. Hablo de empresarios de verdad, no de los que meten a cuatro amiguetes en la Administración. Ojalá y tuviéramos cuatro o cinco Amancio Ortega, cuatro o cinco Eduardo Baviera, el de Clínicas Baviera.

–¿Y el trabajador?

–Una cierta cultura sindical ha propagado la idea de que trabajador es sólo el que trabaja con pico y pala y vive de un salario. Yo que he escrito 54 libros y me levanto todos los días a las seis de la mañana, no sería para ellos un trabajador. Y los mismos prejuicios existen para el empresario que trabaja de sol a sol, que en muchos casos ha tenido que hipotecar su casa. ¿Quién quiere ser empresario en España? Se busca lo más fácil, el chollo.

–¿Y los políticos?

–La preparación de los políticos es mínima en inteligencia emocional. No saben apreciar los valores del contrario. Les falta pedagogía del otro. No tienen verdaderos asesores, sino amiguetes que nunca les dirán lo que no quieren oír.

–¿Ha cambiado el perfil del que acude a usted?

–Viví hace poco un caso dramático. Un hombre que tiene dos Mercedes porque no los puede vender. Va a comer a los comedores de Cáritas. Me pidió perdón por venir tan bien vestido, me dijo que no tenía otra ropa que ponerse. Hay empresarios que se han dejado la piel y no hay tesis doctorales sobre ellos.

–¿Lo llaman a las tertulias televisivas?

–No mucho. ¿En ese mundo consumista a quién le va a interesar alguien que dice que dar es recibir?

–¿Los niños han perdido la inocencia?

–La naturaleza no da saltos. Los niños tienen que ser niños. Mucho afecto y mucho cariño, pero nada de mimos. Hay que inculcarles los valores de siempre, cinco o seis, no más.

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