Los responsables de los teatros líricos siempre lo han "intuido", pero a partir de ahora, dicen, pueden defenderlo con "datos en la mano". Dieciocho espacios que programan ópera de manera estable en España, entre ellos los más importantes, como el Liceo barcelonés, el Real de Madrid o el Maestranza sevillano, se han sometido a una auditoría para evaluar el impacto económico de su actividad. El informe, en el que han participado también el Villamarta de Jerez y el Gran Teatro de Córdoba, ha sido realizado por la empresa Deloitte y concluye que, entre todos, generaron en la temporada 2008-2009 un Producto Interior Bruto (PIB) de 363,3 millones de euros, lo que implica que casi cuadriplican las ayudas públicas que reciben -94 millones para todo el conjunto- y sostienen 1.117 puestos de trabajo, más otros 7.246 indirectos.

La asociación Ópera XXI, que agrupa a teatros y festivales líricos de todo el país, presentó ayer este documento en el Maestranza, después de celebrar una asamblea en la que se consensuó el relevo de su junta directiva. Remedios Navarro, directora gerente del coliseo y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, presidirá durante los dos próximos años la entidad, junto a Miguel Muñiz, del Teatro Real, y Joan Francesc Marco, del Liceo, que asumirán sendas vicepresidencias. "Los teatros de ópera somos rentables. Somos generadores no sólo de cultura, sino de riqueza económica", proclamó Navarro.

En un contexto general de recortes presupuestarios -en el mejor de los casos- o de asfixia y desaparición -el rosario de programas culturales mutilados o suspendidos sine die aumenta día a día -, los teatros que programan ópera tratan ahora de sacar músculo. "Queríamos que todo el mundo supiera lo que recibimos [de las administraciones públicas] y lo que generamos para la sociedad", dijo Juan Carlos Matellanes, máximo responsable de la Asociacion Bilbaína de Amigos de la Ópera y anterior presidente de Ópera XXI. "Somos un motor ecómico para el país, como muchos otros sectores", añadió Matellanes, antes de precisar que a pesar de todo las subvenciones públicas siguen siendo "vitales" para los teatros líricos. Sin embargo, lejos de ser gravosos, mantuvieron Matellanes y Navarro en su comparecencia, estos 18 espacios, que representan "entre el 80 y el 90% de la actividad operística" en España, aportan también, aparte de las cifras ya referidas, unos ingresos fiscales para la hacienda pública de 41 millones.

La auditoría recoge también datos sobre el público de la ópera. En total, durante la temporada 2008-2009, el número de espectadores que presenciaron espectáculos líricos en esos 18 espacios asciende a 1.608.500. La mayoría de estas personas tenían más de 46 años; tan sólo el 12% contaba menos de 30. Y el gasto medio de cada asistente, aparte de lo que desembolsara previamente por la entrada de la función, fue de 63 euros, a pesar de lo cual Matellanes dijo que la fama de la ópera como "cara y elitista" responde a un "estereotipo".

Fue también Matellanes quien advirtió que los teatros están "cerca del límite". "Te pueden recortar un año un 10% del presupuesto, y el siguiente otro 10% y el próximo un 12%... Pero ya no podemos decrecer más". Pero si los recortes siguen sucediéndose, "habrá que bajar la calidad, cosa que no vamos a hacer, o disminuir la actividad", añadió. Su acompañante tomó el testigo y declaró que "por supuesto que hay preocupación". Por ello, pidió comprensión "a los comités de empresa", porque "o salimos de ésta todos juntos o no salimos". "Estamos tomando medidas excepcionales para una situación excepcional", concluyó Navarro, quien indicó que para no dejar desasistidas las programaciones líricas los teatros están cediendo a otros, gratuitamente, producciones propias.