Cultura

El Centro de las Artes... y la deriva

  • El espacio de la calle Torneo lleva semanas sin personal, una nueva incidencia que se suma a la larga lista de contrariedades que ha sufrido el proyecto

El Centro de las Artes de Sevilla, un proyecto que desde su apertura en 2006 ha atravesado numerosas crisis, vuelve a afrontar otro momento delicado. El personal que hasta ahora trabajaba en el espacio lleva semanas en la calle, y el concurso por el que el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla iba a elegir una empresa para la gestión del espacio tendrá que convocarse de nuevo después de que fallos en la redacción invalidaran este texto. Según ha podido saber este periódico, la intención del Ayuntamiento es impulsar de nuevo muy pronto el proceso, pero la incertidumbre vuelve a amenazar a la iniciativa que alberga el Monasterio de San Clemente. Desde mañana hasta el domingo, el CAS acoge una nueva edición del festival Zemos98, y el centro apenas dispone de una técnica encargada del recinto. Esta falta de medios ha afectado a la agenda: desde que se clausuró la exposición de Manolo Cuervo, el pasado 10 de marzo, no se ha celebrado ninguna muestra, aunque en este tiempo sí se han programado un taller de fotografía y actividades de Endanza. El calendario de abril que el interesado puede consultar en la web del CAS (www.centrodelasartesdesevilla.org) no anuncia nada para el presente mes más allá del ya terminado curso de fotografía urbana La ciudad desde dentro.

Abierto en 2006 para apostar por la vanguardia y proponer un punto de encuentro a los creadores, el Centro de las Artes de Sevilla ha estado sin embargo vinculado a la polémica desde sus inicios, pese a las buenas intenciones de sus responsables y el dinamismo que registró gracias a la implicación de los gestores culturales de la ciudad. El desencuentro entre su primer director, Pedro G. Romero, y el entonces delegado de Cultura, Juan Carlos Marset, fue una de las primeras controversias: mientras el primero acusaba al Ayuntamiento de un presupuesto "insuficiente" para sus aspiraciones y expresaba su rechazo al apoyo que el Consistorio dedicaba a la Biacs, Marset señalaba una "errónea política de comunicación y público" por la que el CAS no había calado entre los ciudadanos. La marcha de Romero obligó al CAS a unos meses de hibernación, hasta que el galerista Fernando Roldán se convirtió en el sucesor. En esta nueva etapa, el centro fue atrayendo a nuevos fieles como una plataforma para diferentes disciplinas: a los visitantes de las exposiciones programadas se sumaban los espectadores de los diferentes festivales que albergaba el CAS, como el Zemos98, Contenedores, SevillaFoto o la muestra de Perfopoesía, además de los asistentes a la cita con la danza contemporánea que estos años ha promovido Endanza.

En ese recorrido en el que la imaginación de los artistas combatía las restricciones económicas del centro se abrió un nuevo camino: el Ayuntamiento anunciaba en el verano del 2008 un salto cualitativo que transformaría el inmueble de la calle Torneo. El CAS, según anticipaban el entonces alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín y la delegada Maribel Montaño, iba a incorporar un despliegue tecnológico que haría de San Clemente una propuesta "de envergadura nacional"; para lo que el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio concedía una ayuda de 800.000 euros.

En esta línea, el Consistorio buscó un "perfil tecnológico" para reemplazar a Roldán, que a finales de 2009 daba por terminada su labor en el CAS, después de un tiempo, valoraba entonces, "estupendo, en el que éramos conscientes de nuestras limitaciones y nuestras posibilidades, y todo ha ido rodado" y en el que se había logrado unir a "gremios que hasta ahora se movían por separado". La entrada en acción del cordobés Jesús Alcaide, a mediados de 2010, iba a terminar de dar forma al rebautizado I+CAS, un centro especializado "en investigación de nuevas redes en torno a la creación contemporánea". Pero el año que tuvo de contrato y problemas con la burocracia impidieron que se usara la ayuda a la inversión del Ministerio en su totalidad; el cambio del equipo municipal tras las elecciones, la "necesidad" de adelgazar partidas frente a las deudas y el interés de la nueva delegada en compaginar los aspectos tecnológicos con la atención a la pintura y la escultura han sumido en cierta imprecisión el destino que esperaba al CAS. Ahora, sin personal, el centro, pese a la labor de tantos creadores que lo han apoyado todos estos años, vuelve a moverse en la incertidumbre.

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