TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Cultura

Una ciudad que se niega a ser única

  • La Noche en Blanco triunfa en su segunda edición con una oferta variada que va desde la 'Suite Vollard' de Picasso hasta 'Capitán Nazareno'

Los organizadores de la Noche en Blanco presentían que la segunda edición de la propuesta cumpliría con creces, ayer, el objetivo que se habían trazado, el de superar los 16.000 espectadores que se registraron en la anterior convocatoria. "Hemos visto que en las redes sociales se generaba mucho movimiento, que la webrecibía muchas visitas", apuntaba al principio de las actividades Manuel Fernández, vicepresidente de Sevilla Se Mueve, la asociación de la que partió la idea. Había otros indicios que señalaban vientos favorables a la causa: en esta ocasión el tiempo acompañaba -"el año pasado hubo dudas hasta última hora, y una de las rutas se suspendió"- y de los poco más de 30 espacios que participaban en 2012 se ha pasado esta vez a rebasar los 50. A falta aún de cifras oficiales, los buenos augurios se confirmaron en las múltiples colas que se produjeron en enclaves ya clásicos de la cita como el Antiquarium o el aljibe romano de la Plaza de la Pescadería, pero también en otros puntos como la Torre Schindler, desde donde la Asociación Legado Expo mostraba a los interesados el paisaje nocturno de la Cartuja, o el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, que exhibe las piezas más queridas por el autor de la producción de Guillermo Pérez Villalta.

La reválida del éxito de la Noche en Blanco sirvió para poner de manifiesto la ciudad plural e inesperada que Sevilla esconde dentro de sus muros. Suite Vollard, la colección de grabados de Picasso que programa desde ayer la Fundación Valentín de Madariaga, dialogaba en el mismo inmueble con los diseños de los creadores que participan en el desfile de Sevilla de Moda. La Iglesia del Hospital de la Caridad abría sus puertas para reflexionar sobre la fugacidad de la vida y el espíritu del Barroco, mientras la sala Malandar acogía una noche de metal o Javier Ruibal abordaba su repertorio en el Palacio de los Marqueses de la Algaba. Un crisol de sensibilidades que se vivía también en el apartado expositivo: más allá de los Maestros del Barroco del Centro Cultural Cajasol o los Íberos de la Obra Social de La Caixa,Rafael Ortiz se sumaba al cartel con el homenaje de Curro González a la fábula de la cigarra y la hormiga mientras Alarcón Criado inauguraba una muestra del colombiano afincado en Berlín François Bucher y La Raza reunía la creación de varios pintores sevillanos.

"Ésa debe ser la riqueza de una ciudad: estar abierta a todo, disfrutar de lo que tiene. Yo creo que la Noche en Blanco demuestra eso", asegura Manuel Fernández, feliz por disponer del "respaldo institucional del Ayuntamiento". Especialmente significativa ha sido la implicación del Festival de Cine Europeo, con la exposición dedicada a los Premios Goya Viaje al cine español y el estreno de la cinta Tomboy en el Palacio de los Marqueses de la Algaba, una de las incorporaciones al mapa del encuentro junto con los Baños de la Reina Mora. Desde Sevilla Se Mueve también valoran el apoyo del Cicus y la Casa de la Provincia. "Es interesante que la Diputación y la Universidad se interesen por esta iniciativa", afirma Fernández, disipados ya los miedos del principio, cuando se gestó el proyecto y "teníamos el riesgo de encontrarnos con un no a las puertas a las que llamábamos".

Una de las zonas que tuvo un mayor dinamismo fue la de la calle Regina. Allí, junto a las setas, proyectaba Agustín Israel Barrera el primer episodio de su serie Capitán Nazareno, que desde hoy puede verse también en Youtube. Barrera creó el personaje en su obra pictórica, muy dada a la iconografía de referentes folclóricos; colgó un cuadro en la librería Un Gato en Bicicleta y "todo el mundo preguntaba por el cómic. De modo que lo creamos, y luego surgió este proyecto audiovisual", rememora su autor. A unos metros, en La Mercería, una bailaora londinense, Noemí Luz, un guitarrista británico de origen iraní, Anoush Saadat, y la cantaora onubense Rocío González ofrecen una actuación flamenca. Está demostrado: la Noche en Blanco invoca a los espíritus más imprevisibles, a los mil rostros de una ciudad que se niega a ser única.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios