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Fernando Velázquez. Músico

"A la ROSS hay que valorarla y disfrutarla"

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-Primera vez que Ocho apellidos vascos y Zipi y Zape... se interpretan en concierto ante el público. Además, estrena hoy la banda sonora de Hércules, superproducción de Hollywood que llegará a los cines en agosto. ¿Cómo afronta estos retos?

-Toda la música es mía y casi se me hace raro. Me parece algo tan bonito que me da miedo que no se repita. Así ha salido, esperemos que siga. Ya habiendo trabajado el año pasado tan bien con la orquesta, en el concierto de Michael Giacchino, y sabiendo lo buenos que son, más el trabajo del teatro y del público, hay que decir que sí.

-¿Cambian las sensaciones al dirigir su propia música respecto al año pasado, cuando los pentagramas eran de Giacchino?

-Para mí es igual de divertido, porque trabajar con la orquesta es la cosa más bonita que se me ocurre. Al ser mi música, quizá pienso demasiado las cosas. Pero la orquesta es como una persona, trabajas con ellos y te dan una información nueva. Las músicas van a sonar muy especiales, van a sonar fenomenal y, además, diferentes al disco. Va a ser un evento único.

-¿Qué destacaría del trabajo preparatorio con la ROSS?

-Su profesionalidad, no en el mal sentido, sino en decir yo soy un artista y me debo al público. Yo también soy músico de orquesta y se nota que a la Sinfónica la quieren mucho en la ciudad y ellos hacen lo que tienen que hacer, son unos artistazos. El concierto va a ser inolvidable para mí. Para ellos no sé si será inolvidable, pero lo dan todo, se nota, y aportan un montón, siendo música toda de estreno para ellos, porque no la han tocado nunca. Es un trabajo duro, hay que montar 90 minutos de música en tres días. Se nota que les gusta mucho mi trabajo.

-La ROSS ha pasado por momentos difíciles recientemente. ¿Qué percepción tiene de lo ocurrido?

-Lo mismo que defiendo que hay gestionar bien y no ser derrochón, también hay que valorar mucho lo que tenemos; al igual que el teatro de la Maestranza y que toda la infraestructura que hay, la orquesta es un capital artístico enorme. Lo que hay que hacer es valorarla. Y venir a escucharla y disfrutarla. Creo que así va a ser, porque además quedan muy pocas entradas.

-En esta cita en el Maestranza también le acompañará el coro Ziryab. ¿Qué matices le aportará a su música?

-Los conozco de otras ocasiones. Es un coro impresionante. Yo he trabajado con ellos en Málaga y en el Festival de Úbeda, y son fenomenales. Creo que son un complemento perfecto a mi ilusión. Es un coro muy, muy bueno. Me recuerdan a los coros de mi pueblo, del norte, en actitud, en ilusión, a Andra Mari, al Orfeón, a Easo, porque ves que es amor por la música y ganas de hacerla. No hay nada más bonito que eso.

-Tras la increíble acogida de Ocho apellidos vascos, como autor de la música, ¿ha recibido su cuota de éxito?

-Como soy de Bilbao..., y como ya he hecho Lo imposible, pues no... Nada, nos ha cogido de sorpresa a todos y estamos supercontentos; es una película hecha con cariño y sin esperar romper ningún récord, sino simplemente pasarlo bien, contar una historia amable, que además tiene su mensaje y, aunque parezca un poco tonto, está ahí. Es una gozada, y me ha asombrado como a todos, me ha pillado además trabajando en Hércules. Y fenomenal, contentísimo de que el estreno sea en Sevilla. Tendremos también una txalaparta, un instrumento vasco que suena en la banda sonora; la hemos traído y hemos animado a los percusionistas de Sevilla a que la toquen, algo que va a ser muy divertido.

-En su imaginario sonoro, ¿cuánto hay de música de cine?

-Escucho más bien música orquestal de repertorio, música contemporánea y moderna, pop. Escucho de todo lo que sea bueno..., death-metal, música barroca. De hecho, hay partituras mías en las que los músicos saben que hay un poco de Rimski-Korsakov, de Shostakovich, de Bruckner, de Wagner, de Strauss. En mi música hay mucho de todo eso y estoy encantadísimo de reconocerlo, porque para mí es parte de lo que somos.

-En su horizonte profesional aparecen nuevas colaboraciones con Juan Antonio Bayona -tras El orfanato y Lo imposible- y con Guillermo del toro.

-Reconozco que soy un tío que me lo trabajo, porque curro mucho, estoy ahí en la mina, pero también tengo muchísima suerte por haber coincidido con esta generación de gente como Bayona, Oskar Santos y un montón de compañeros que están haciendo cosas muy buenas y que me han servido de escaparate. Para hacer Hércules, que es otro tipo de musica más espectacular y más épica, sé que se fijaron en Lo imposible, aunque no tiene nada que ver. Ocho apellidos vascos es otro registro completamente distinto, mucho más ligerito, casi banal, prosaico. Para mí es el mismo reto, es muy divertido cambiar de disfraz.

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