La casa Isbilya cerró ayer la primera de las dos jornadas de su subasta de primavera con euforia. La pieza estrella de los 790 lotes, una de las réplicas que Velázquez hizo del retrato a tamaño natural de Felipe IV que atesora el Prado, se remató por 750.000 euros. Era el precio de salida (como avanzó el director de Isbilya, José Muñoz, esta suma sólo se haría pública el día de la subasta) y fue adquirido por un coleccionista privado que no quiso revelar su identidad aunque, según ha podido saber este medio, el lienzo se quedará en España. En cambio, saldrán del país varias pinturas rematadas ayer, como el Retrato de Caballero de Luca Giordano que adquirió un coleccionista italiano. El Retrato de Felipe IV, uno de los escasos trabajos de Velázquez aún en manos privadas, salió a puja en 2007 en la Sala Retiro de Madrid por 2,5 millones de euros, pero entonces se quedó sin comprador. La diferencia de precio es ahora considerable y podría animar al nuevo propietario de este cuadro demasiado repintado a asumir su restauración.

El Estado no pujó por el velázquez pero sí por cinco lotes de pergaminos manuscritos e iluminados -entre ellos un Privilegio rodado de Alfonso X- que adquirió tras las animadas pujas ejerciendo su derecho de tanteo y retracto.

La valiosa tabla del alemán Alejo Fernández, pintor de formación flamenca que trabajó en Córdoba y Sevilla (aquí murió en 1545), la adquirió un particular por su precio de salida, 40.000 euros, una suma ínfima para una obra tan importante y una ocasión perdida para los museos andaluces. La pintura costumbrista volvió a ser objeto de deseo con Cabral Bejarano y Sánchez Perrier entre los más requeridos. Hoy a partir de las 18:00 Isbilya subastará su segunda pieza estrella, el San Miguel de Berruguete, a partir de 150.000 euros.