Doktor Faust, una obra compuesta por Ferruccio Busoni (y completada por Philipp Jarnach) y estrenada en 1925 en Dresde, abrirá el próximo martes la temporada operística del Teatro de la Maestranza. "Será un momento histórico", dice el director artístico del coliseo lírico y de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), Pedro Halffter, quien considera que esta producción de la Staatsoper Unter den Linden de Berlín, estreno absoluto en España (su primera función se celebró en el Festival de Salzburgo en agosto de 1999), es "una de las óperas más impactantes, espectaculares, ambiciosas y complejas" que ha acogido en teatro en toda su historia.

Patrocinado por Cajasol, dirigido musicalmente por el propio Halffter, el montaje cuanta con la participación del Coro del Maestranza, que lo está ensayando desde el mes de mayo, Peter Mussbach (director de escena) e incluso José Enrique Ayarra, quien toca la parte de órgano (granada con el instrumento titular de la Catedral) que suena en el interludio porque la ópera "necesitaba esa grandiosidad especial", apunta el director de la ROSS. Christopher Robertson (barítono que encarna al Doctor Fausto), Matthias Hoelle (bajo, asistente del Doctor), Robert Brubaker (tenor, Mefistófeles), José Ferrero (tenor, Duque de Parma) y Mary Mills (soprano, Duquesa de Parma) son las voces principales de este multitudinario espectáculo, que en algunos momentos implica a 250 personas sobre el escenario, entre los músicos de la Sinfónica, los miembros del Coro, los cantantes y los figurantes.

El libreto de la obra, escrito por el propio Basoni (1866-1924), toma elementos del mito fáustico y del texto que dedicó a este asunto el poeta renacentista inglés Christopher Marlowe, y no tanto del concebido por Goethe, autor de la mirada más conocida y universal a la vieja ensoñación humana de ganar terreno en la tierra a costa de todo lo demás. "La manera de contar de Basoni -explica Mussbach- es muy contemporánea, muy moderna. Es una visión extremadamente personal del mito, inspirada en una obra de guiñoles". Esta raíz, asegura el director de escena, está presente en el montaje, algunos de cuyos personajes (como los duques de Parma, protagonistas de Fausto fundamental para la obra) reproducen, según el director de escena, el movimiento de las marionetas.

La obra plantea "un viaje interior al imaginario" de Fausto, del que la obra muestra -de ahí, dice Halffter, la modernidad de la propuesta del autor- "el ímpetu interior" del personaje principal, que encuentra en Mefistófeles no tanto la típica encarnación maléfica como un "espejo de sí mismo". Todo el montaje, continúa Mussbach, tiene un aire de irrealidad, artificioso, pues a Masoni le interesaba alejarse cuanto más mejor del verismo italiano.

Doktor Faust, montaje de "emociones contenidas" con una dimensión reflexiva (según el bajo Matthias Hoelle) propia de una obra completamente hablada, está protagonizada por un "magnífico" Robertson, según el director musical. En un auténtico tour de force, el barítono hace "el papel más largo de su carrera". "Está prácticamente siempre en escena. Y la interpretación es muy delicada e interesante: pasa por momentos de seriedad, de tristeza y de gran comicidad", dice el propio cantante, cuyo personaje, con pasajes muy líricos y también muy dramáticos, parece haber sido escrito "para dos voces distintas".

Esta ópera, recuerda el director artístico del Teatro de la Maestranza, fue recomendada por varias publicaciones especializadas como "uno de los diez espectáculos imprescindibles de la temporada lírica española".

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