Cultura

La 'Venus' de Itálica y el 'Efebo' de Antequera, juntos por primera vez

  • 'El rescate de la Antigüedad clásica en Andalucía' reúne en el Hospital de los Venerables 150 piezas vinculadas con la Bética y ofrece un papel protagonista a los grandes descubridores de la arqueología

La Fundación Focus-Abengoa reconstruye la historia del coleccionismo de arte romano a través de la exposición El rescate de la Antigüedad clásica en Andalucía, una muestra que permanecerá abierta hasta el 28 de febrero del año próximo y que inauguraron ayer el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y el ministro de Cultura, César Antonio Molina.

La iniciativa permite contemplar juntos por vez primera dos de los hallazgos arqueológicos más significativos de la cultura de la Bética, el Efebo de Antequera y la Venus de Itálica. Se da la circunstancia, además, de que la representación de la diosa sale por primera vez del Arqueológico, donde permanecía desde la década de los 40, gracias al nuevo sistema de anclaje de la estatua, que permitirá a partir de ahora el desplazamiento de la obra.

En total, y junto a la Venus y el Efebo, El rescate de la Antigüedad clásica en Andalucía exhibe unas 150 piezas, algunas de ellas procedentes de museos de la envergadura del Prado, el Metropolitan de Nueva York o la Hispanic Society. Pese a un intenso trabajo de preparación de la muestra que ha llevado más de dos años, los responsables reconocen haber tenido fortuna al ir conformando el catálogo. "Hay museos que normalmente no prestan sus obras, pero que en esta ocasión sí lo han hecho porque en este tiempo se encontraban de reformas", desvelaba ayer el profesor de Arqueología Fernando Amores -comisario de la muestra junto con José Beltrán y Juan F. Lacomba-, quien considera que "hasta ahora, no se había hecho en España una exposición con esta rotundidad".

Sin embargo, más allá de las esculturas, los lienzos, muebles y mosaicos que acoge estos días el Hospital de los Venerables, la exposición quiere ser algo más que "una secuencia de piezas mudas e inanimadas" y rinde un homenaje a las personas que, a lo largo de la Historia, hicieron posible que salieran a la luz los restos que hoy pueblan museos de todo el mundo. El coleccionista gaditano Sebastián Martínez, de quien se tiene constancia que adquirió el Santa Rufina que se expone a unos metros, en el Centro Velázquez; el descubridor de la necrópolis de Carmona, el británico George Bonsor; el fundador de la Hispanic Society, Archer Milton Huntington, o Regla Manjón, la condesa de Lebrija, son algunos de los personajes a los que los visitantes pondrán rostro gracias a los retratos que cuelgan de las paredes de la fundación. Creadores de la talla de Rubens, Goya y López Mezquita firman estas pinturas.

Así, desde la Edad Media hasta el siglo XX, desde la influencia de la Bética en el arte visigodo y cristiano hasta el despegue de la arqueología como disciplina científica, la exposición analiza la percepción de lo romano por parte de las diferentes sociedades y cómo el poder asocia los símbolos y recuerdos de esta civilización a una idea de respetabilidad.

El rescate de la Antigüedad clásica en Andalucía divide su hilo narrativo en cinco bloques. El primero se centra en la Edad Media, un periodo en el que se detectan los orígenes clásicos en piezas como una cruz-relicario del siglo XV que incorpora camafeos romanos. Es en el Renacimiento y el Barroco, ejes sobre los que gira el segundo de los apartados, cuando las clases sociales empiezan a entregarse a la búsqueda de signos del pasado. En esta época pasan a integrar colecciones los relieves conmemorativos de la batalla de Actium, del siglo I a.C.,"la mejor representación de barcos de guerra de la Antigüedad, que nunca había sido expuesta en público", y una escultura de Ganimedes que se cree que Carlos V depositó en la Alhambra de Granada.

La Ilustración, protagonista del tercer sector de la muestra, aviva con la apertura de las academias e instituciones científicas esta atracción por la cultura de la Bética. Es un tiempo fecundo, de efervescencia intelectual, en el que se inician las primeras excavaciones arqueológicas y desempeñan un papel protagonista los eruditos Francisco de Bruna o Sebastián Martínez. De los fondos con los que Bruna creó la colección del Alcázar se exhibe el Torso de Meleagro encontrado en Itálica, mientras que Sebastián Martínez es objeto de un retrato pintado por Goya y cedido por el Metropolitan de Nueva York. En este escenario es también decisiva la aportación de Carlos III, creador de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando e impulsor de las excavaciones de Herculano y Pompeya, como recordaba ayer el especialista Fernando Amores. El monarca está presente en la muestra mediante un retrato de autoría desconocida procedente de Patrimonio Nacional.

La fascinación por los viajes que sienten los románticos motiva que acudan a Andalucía numerosos hispanistas extranjeros, entre ellos Archer Milton Huntington y George Bonsor. También Mateos Gago y la Condesa de Lebrija, que lideran el rescate privado de hallazgos arqueológicos, son actores determinantes en el transcurso del siglo XIX. De este cuarto bloque de la exposición destaca el conjunto escultórico de los Guerreros de Osuna, descubierto por el francés Pierre Paris a principios del XX y que no se mostraba en Andalucía desde su descubrimiento.

La Venus hallada en 1940 en las ruinas de Itálica simboliza el incremento de excavaciones y campañas arqueológicas que se produce en el siglo XX. Este rescate científico tiene entre sus logros el descubrimiento del Efebo de Antequera, considerada la escultura de bronce de origen romano más importante de todas las aparecidas en la Península Ibérica, o el Dios Mitra sacrificando al toro, una pieza encontrada en Cabra y de la que los estudiosos destacan su gran singularidad iconográfica.

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