Cultura

Dando palos de ciego sobre las Atarazanas

  • El anunciado proyecto de la Fundación La Caixa de crear en el histórico edificio uno de sus CaixaForum, acogido con entusiasmo desde la Administración, deja en evidencia el estado de semiabandono institucional en que éste se encuentra

El anuncio de La Caixa de su interés por hacerse con la gestión de las Reales Atarazanas para integrar en el histórico monumento sevillano la primera sede andaluza de CaixaForum ha reabierto un debate que viene de antiguo. La iniciativa privada, y su capital, ha venido a hacerse cargo de la reforma integral y la programación de un complejo monumental que, en los últimos años, no ha tenido definidos sus contenidos más allá de servir como sala multidisciplinar para distintos usos: muestras de arte cofrade, Sónar, Territorios o subsede de la Biacs2, evento no exento de polémica en su día por el lastimoso estado de conservación de las salas que acogieron diferentes muestras.

Desde su adquisición en 1993 al Ministerio de Defensa por un importe total de 3.756.325 euros, se ha destinado a este espacio unos 3.614.400 euros, según las cuentas de la Consejería del ramo en las distintas memorias presupuestarias. Esta cifra no incluye el medio millón de euros previstos para 2009, la mitad de lo que se destinó a este edificio del patrimonio andaluz el curso pasado, 1,1 millón de euros. Y ello pese a que en la última legislatura, la Consejería, atendiendo al clamor de distintas asociaciones, ha duplicado prácticamente el presupuesto para este monumental edificio. Un dato basta: hasta 2007 la Junta invirtió algo más de 1.680.000 euros. En los últimos tres años, 1.934.000 euros.

Estas cifras contrastan con una evidencia, plasmada en los presupuestos de 2009: el Museo Picasso de Málaga disfrutará de un partida presupuestaria de 7,5 millones de euros, más del doble de lo que ha tenido las Reales Atarazanas desde que son gestionadas por la Junta de Andalucía.

Consciente de la escasa atención que ha dedicado a las Atarazanas, la Administración autonómica, así como el Ayuntamiento de Sevilla y el Ministerio de Cultura a través de Juan Carlos Marset, director del Instituto Nacional de las Artes y la Música, ha recibido con entusiasmo el proyecto que La Caixa hizo público el pasado 30 de diciembre. Queda aún el trámite burocrático del anuncio público del concurso en el Boletín de la Junta (BOJA), a mediados del mes de enero, seguido del pertinente plazo de 30 días por si otro proyecto se presenta a esta convocatoria. En concreto, la entidad solicita la concesión demanial (uso temporal de un bien público) del edificio, de 13.500 metros cuadrados, por 75 años y 20 millones de euros en concepto de reforma integral, más cinco millones anuales destinados al mantenimiento del edificio y gestión de su programación.

Sin embargo, pese a lo abultado de la cifra ya ha habido voces que apuntan a que esta dotación económica es insuficiente para tamaña reforma.

La hemeroteca despeja dudas y evidencia que, hasta la llegada de un proyecto en firme con un presupuesto cerrado, hasta ahora se han estado dando palos de ciego. Por un lado, la efímera vida del proyecto de traer a las Atarazanas la exposición Titanic, que haciendo honor a su nombre naufragó. El febrero del año pasado, según la Consejería, se estaba a la espera de plan de viabilidad sobre el futuro uso de las Atarazanas, además de un concurso internacional de ideas previsto para noviembre pasado del que, hasta ahora, nunca se supo nada. De hecho, se insistió hace ocho meses, según el pliego de condiciones del concurso, que el plan ganador debía convertir el edificio en un "hecho simbólico" en Sevilla y que una comisión nombrada por la Consejería decidiría qué tipo de edificio, qué usos y qué contenidos se integrarían en este monumento. Las previsiones, entonces, eran que la Unión Europea corriera con el 75 por ciento de los gastos y el resto sería sufragado a medias por Junta y Gobierno central. Un mes más tarde, ese concurso de ideas parece desterrado.

El entonces viceconsejero de Cultura, José María Rodríguez, cifró el coste del futuro museo de las Atarazanas -hoy ya, aparentemente desplazado a un hipotético segundo lugar por la inminente llegada de CaixaForum, cuya oferta cultural atiende principalmente propuestas de arte emergente- entre 120 y 150 millones de euros. Entonces, en una rueda de prensa junto al presidente de la Fundación Atarazanas, José Martínez García de Velasco, y su director, José Manuel Núñez de la Fuente, el portavoz de la Consejería declaró que se buscaría financiación europea y estatal. Asimismo, adelantó que las obras para su puesta en marcha podrían durar "unos tres o cuatro años", de modo que esta iniciativa sería el "gran proyecto" de la nueva legislatura. El objetivo final de la Fundación Museo Atarazanas era, según precisó su responsable, convertir este futuro espacio cultural en el "más importante de Andalucía" y en una "máquina de hacer dinero para la ciudad, como motor económico y turístico".

La irrupción de La Caixa despeja el futuro de un espacio tan monumental como desconocido para la ciudad. De momento, con la llegada de este proyecto Sevilla tiene garantizado el respaldo mediático que, dentro y fuera del territorio nacional, reciben las actividades de los distintos CaixaForum repartidos por España.

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