Cultura

Noche de trámite para rematar la temporada

Mucho trabajo sobre todo para la orquesta en estas semanas y puede que por ello no brillara con esta ópera de Bizet al mismo nivel que con la música de Wagner. Las cuerdas presentaron momentos de empaste errático y de sonido algo deslabazado, sobre todo en los pasajes más líricos. Halffter exageró hasta más allá del límite la lentitud de los momentos más reposados, rayando el aburrimiento, aunque en los pasajes más dramáticos sacó a relucir su conocida capacidad de engrosar el sonido y de acentuar el ritmo y las dinámicas. Mucho tuvo también que luchar el coro con las elevadas tesituras de su partitura, por lo que a menudo sonó chillón y confuso.

Alagna se equivocó cuando creyó que podía volver a su repertorio original tras lustros de pasearse por papeles más pesados. No supo colocar la voz desde la zona de paso, recurrió a notas de apoyo y notorios portamentos y abusó del falsete. El colmo de lo ridículo fue un Je crois entendre cantado en falsete de cabo a rabo, con voz inapreciable, con roces y desafinaciones. Y el bis fue aún más penoso. Manfrino estuvo correcta siempre que no tuviese que subir mucho, pero su centro es bello. Magnífico y dramático Barrard, muy suelto en la zona aguda. Y correcto sin más Courjal. Una noche para ser olvidada.

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