"Dedicarse al arte no es un trabajo: es una vida". Así lo cree María de Corral, la gran dama del coleccionismo español, ex directora del Museo Reina Sofía y de la Bienal de Venecia. Una creencia que comparte con Rafael Ortiz y Rosalía Benítez, el matrimonio responsable de la galería sevillana de mayor relevancia internacional en estos momentos, para el que ha comisariado la exposición que celebra sus bodas de plata con la cultura sevillana. Aprendiendo a mirar. 25 años de la galería Rafael Ortiz muestra en el Monasterio de San Clemente desde mañana viernes y hasta el 16 de enero alrededor de 100 obras de 67 artistas "que nos permiten repasar su colección privada y conocer su gusto personal. Es una exposición muy acumulativa que incluye incluso obra de artistas que no han trabajado con su galería. Hay piezas muy íntimas y otras muy espectaculares. ¡Les hemos dejado la casa vacía!", explica María de Corral.

El itinerario que a partir de esos fondos ha trazado esta crítica de arte asombra a Rafael Ortiz. "Cada vez que María toca algo lo mejora. En el Reina Sofía nunca se ha montado mejor que cuando ella lo dirigía", apuntaba ayer el galerista en la presentación a los medios. Las salas de San Clemente, sede del Centro de las Artes de Sevilla (CAS) que dirige Fernando Roldán, dan la bienvenida al visitante con una instalación de Eugenio Ampudia, Guerra Fría, concebida para la feria Arco de 2003 y que es toda una declaración de intenciones. Su compromiso estético y crítico lo comparten, a continuación, obras de gran formato de creadores como José María Báez - "el que lleva más tiempo con nosotros", recuerda Rafael Ortiz-, Curro González, Ignacio Tovar, Luis Gordillo o Gonzalo Puch. También en esta primera estancia un lienzo de José Guerrero permite a Corral ilustrar "su papel decisivo en el florecimiento de la pintura abstracta de los 80; ese grupo de Gerardo Delgado, José Ramón Sierra y Juan Suárez que tanto influyó en la situación estética sevillana".

Con la figura "fundamental" de Carmen Laffón y también de Burguillos y Pepe Soto, en la planta inferior la comisaria ha optado por ordenar las obras "por momentos donde los artistas han estado relacionados entre sí", además de mostrar otros trabajos que despertaron el interés de los galeristas, "con lenguajes muy diversos entre ellos e incluso contradictorios". Así, mientras sobre una pared cuelgan obras de los artistas figurativos Teresa Duclós, Laffón y Joaquín Sáenz, en la de enfrente se puede repasar la abstracción de los años 50, 60 y 70 a través de obras de Equipo 57, Palazuelo y Barbadillo. Y cerca de los trabajos de la figuración madrileña -"que no sé por qué se llamó así porque todos los artistas eran andaluces", apunta Corral- se recoge al grupo de los artistas jóvenes, como Miki Leal, Manolo Bautista y Pereñíguez, éste último autor de la obra más reciente del conjunto. "José Miguel la terminó anteayer. Por contra, la más antigua es un dibujo de Vasarely que compramos en Londres", explica Rafael Ortiz.

La "modélica", "heroica" y "pedagógica" labor que su galería ha ejercido durante estos 25 años centró ayer el discurso de los representantes de las instituciones colaboradoras: el Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla, Unicaja, Emasesa Cultural, la Consejería de Cultura y la Fundación Lara, coeditora del catálogo que preservará el contenido de esta cita íntima con el mejor arte andaluz de las últimas décadas.