A diferencia de otras grandes sagas contemporáneas como Matrix, Harry Potter, El señor de los anillos o Piratas del Caribe, en las que un mismo compositor (Don Davis, John Williams, Howard Shore y Hans Zimmer respectivamente) se ha hecho cargo de la música de cada entrega o, en su defecto, sus continuadores han respetado el material temático o el tono de la original, la de Crepúsculo no parece buscar una identidad musical unitaria que vincule y fidelice a sus espectadores a través de unas mismas melodías, orquestaciones o motivos asociados a personajes, temas o situaciones dramáticas.

Si en la primera entrega Carter Burwell, compositor habitual de los hermanos Coen, insuflaba un interesante cariz oscuro y seco de raíces roqueras a un score poco convencional y tal vez demasiado contemporáneo para los cánones del Hollywood más comercial (tanto es así que tuvo que reescribir el tema Bella`s lullaby hasta pulirlo de disonancias que no eran del agrado de los productores), el prolífico compositor francés Alexander Desplat (Fantastic Mr. Fox, El escritor), desplegaba su elegante sinfonismo melódico y su rica paleta orquestal en una segunda entrega, Luna Nueva, que suavizaba considerablemente el perfil de la saga en búsqueda de un público más amplio y dócil si cabe que el de la primera.

En cualquier caso, estas músicas originales tenían que hacerse hueco entre el inevitable repertorio de canciones indies (Linkin Park, Muse o Iron & Wine en la primera; Thom Yorke, Grizzly Bear, Bon Iver, The Killers o Editors en la segunda; The Brabery, Fanfarlo, Beck, Vampire Weekend o Band of Horses en esta tercera) ubicadas a lo largo y ancho de los filmes, verdaderos elementos sonoros destinados a cubrir las identificaciones más básicas y asentar el fenómeno de culto generacional y el merchandising derivado de la marca.

No es de extrañar por tanto que en esta dinámica de cambios, la tercera entrega venga con un score con nuevo material musical a cargo de uno de los grandes compositores del Hollywood contemporáneo, el canadiense Howard Shore, ganador de tres Oscar por El señor de los anillos y autor de memorables bandas sonoras como las de El silencio de los corderos, Big, Seven, The game, Una historia de violencia o Infiltrados.

De Shore siempre hemos admirado su capacidad para filtrarse por debajo de la superficie de las películas, por más que en El señor de los anillos tuviera que plegarse a las lógicas deudas operísticas de un proyecto de dimensiones descomunales. Asimismo, Shore ha demostrado en numerosas ocasiones su facilidad para transitar por el lado más oscuro del drama, creando ambientes densos y ominosos y texturas sombrías que se aproximan al terror sin asomo alguno de clichés fáciles o recursos efectistas.

Su score para Eclipse no descansa tanto en lo melódico, que identifica en todo caso al emergente personaje de Jacob con un nuevo y delicado tema para piano solista, como en la densidad sonora de unas atmósferas de pesadilla que traducen, a partir del trabajo de percusiones, violonchelos y metales, este doble y brumoso universo de angst juvenil y fantasía mitológica para modernas idolatrías románticas en unas claves musicales tan exigentes como efectivas.

Shore ha colaborado con el grupo pop canadiense Metric en el tema Eclipse (All yours) que se escucha en los títulos de crédito finales del filme.

Howard Shore Koch Records. 62 mins. 15 euros