Cultura

Un comprador anónimo adquiere el 'sorolla' en la subasta de Cajasol

  • El lienzo 'Niña en la playa del Cabañal' es vendido por el precio de salida, 160.000 euros · Arte, Información y Gestión alcanza en las pujas el 30% del valor del catálogo pese a la crisis económica

Sorolla sigue siendo un pintor de indiscutible atractivo para las casas de subastas de todo el mundo. Un día después de que el cuadro El pescador fuera vendido en la londinense Sotheby's, el lienzo Niña en la playa del Cabañal, del maestro valenciano, fue la pieza estrella de la puja de Arte, Información y Gestión. La obra fue adquirida en la sala del Centro Cultural Cajasol por un comprador anónimo, que se hizo con la pintura por 160.000 euros, el precio de salida.

El enigma sobre el destino del cuadro -el comprador no quiso desvelar ayer si representaba a alguna Administración o pujaba de forma particular- prolonga la estela de discreción que ha acompañado a la obra hasta ahora. Este retrato de una niña que hila junto a la costa, pintado en 1904, pertenecía a una colección privada sevillana y permanecía inédito. Fue regalado a Manuel López por el propio Sorolla, como atestigua la dedicatoria del lienzo, pero el óleo pasaría posteriormente a ser propiedad del cardiólogo Manuel Vela después de que la hija del dueño original se la donara al médico en agradecimiento por la atención desinteresada que prestó al marido de ésta. Recientemente, Niña en la playa del Cabañal dejó ese segundo plano tras ser autentificada por Blanca Pons-Sorolla, descendiente del pintor y hoy la máxima especialista en su producción artística, y formará parte del catálogo razonado del autor.

La compra del sorolla animó una subasta menos dinámica que otras precedentes, aunque se logró que las ventas realizadas ayer alcanzaran un 30% del valor total del catálogo, unos 600.000 euros frente a los algo más de 2 millones del cómputo global, y se atrajo la atención de coleccionistas de Puerto Rico, Alemania e Inglaterra. Otras piezas que tuvieron especial fortuna en la puja fueron el tapiz de Juan Raes que representa a Hércules e Iole, que se vendió por teléfono a su precio de salida, 40.000 euros, y el lienzo Ávila, de Gustavo Bacarisas, adquirido en sala por 36.000 euros.

La directora de Arte, Información y Gestión, Carmen Aranguren, aseguró que el "objetivo principal" se había cumplido con la venta de Niña en la playa del Cabañal y observó que la situación económica había provocado cierta "actitud conservadora" entre el público, pese a que había "piezas interesantísimas" y "tanto la calidad como los precios habrían merecido encontrar más pujadores".

Entre las obras más atractivas que no hallarom comprador destacan Pasaje de Ezequiel de Hernando de Esturmio, considerada una pieza excepcional debido a la escasez de pintura renacentista en el mercado, o una sofisticada vajilla de porcelana de la Dinastía Qing, que partía con un precio de salida de 55.000 euros. Tampoco encontraron quien pugnara por ellas composiciones más próximas en el tiempo como las grisallas de Gonzalo Bilbao Las cuatro esquinas de San José y el vendedor de periódicos y La noche en la calle y la estrella caída del cielo ni otras pinturas de creadores notables como José Villegas o Julio Romero de Torres.

La mayor emoción de la jornada, curiosamente, vino de la mano de un grabado que en principio no despertaba tanta expectación: La lectura, de Mariano Fortuny, pasó de los 100 euros iniciales a multiplicar su precio hasta los 2.250.

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