Noche de emociones, encuentros, recuerdos y deseos en la mejor fábrica de sueños que ha creado Sevilla en los últimos 20 años. El teatro invitó a una copa de vino a los 1.800 asistentes. Aurelio del Pozo, arquitecto del Maestranza, recibía parabienes como si le hablaran de un hijo. Tan felicitado era Francisco Senra, gerente de la Sinfónica durante sus primeros once años, como Remedios Navarro, la actual gerente del teatro y la orquesta. También estaba su antecesor en la gestión de la ROSS, Luis Miguel Rufino.

En el escenario, la emoción sobrevolaba las mentes de músicos como Amalia Mihalcea, Sarah Bishop, Javier Ronda, Gilles Midoux o Yuri Managadze, que en 1990 apostaron por iniciar una aventura profesional y vital en una ciudad nueva para ellos. Han alegrado miles de noches al público, han sido ejemplo para niños y padres en la iniciación musical y han hecho de Sevilla su ciudad.

El Maestranza estaba lleno de melómanos que han impulsado la vida musical (Julio García Casas, José Enrique Ayarra, Jacobo Cortines...). De abonados de pro, como los catedráticos Rafael Sánchez Mantero y Enrique Cerdá. Y de quienes ejercieron cargos con responsabilidad en su gestión (Antonio Pozanco, Enriqueta Vila, Guadalupe Ruiz, Juan Carlos Marset...).

Al término del concierto, la ministra González Sinde y todo el séquito institucional fue a saludar tanto a los artistas como a todo el personal administrativo y técnico del Maestranza y la Sinfónica. Mientras eso ocurría, azafatas repartían claveles al público a la salida, y ofrecían el libro elaborado para contar la historia de sus 20 años, que desde ayer puede ser adquirido en el teatro. Ha sido escrito al alimón por el catedrático y crítico musical Ramón María Serrera, y los periodistas Juan María Rodríguez y Juan Luis Pavón, subdirector de Diario de Sevilla, con diseño de Manuel Ortiz, y producción editorial de teatro y orquesta a cargo de Rocío Castro y María Jesús Ruiz.